Síntesis de los trabajos reunidos

R. Flores L.

En los trabajos que tratan del límite del Terreno Mixteco en su porción nororiental y centro-oriental (M. G. González y otros, Germán Torres y otros, y L. Cartagena y R. Flores), se proporcionan evidencias estructurales, petrológicas y cartográficas de la falla que pone en contacto los terrenos Mixteco y Oaxaca.

No obstante, consideramos que los trabajos de verificación estructural de los. "lineamientos" interpretados fotogeológicamente apenas se inician.

Es importante reconocer el, ó los tipos de desplazamientos a lo largo de las fallas, así como la historia de los mismos; estos reconocimientos no se han hecho.

Igualmente se sabe que ésta región es sísmicamente activa, ubicándose los epicentros a lo largo de los contactos de falla entre los terrenos estrato tectónicos, requiriéndose de estudios de neotectónica.

Los descubrimientos recientes del Paleozoico (L.A. Flores y B.E. Buitrón), así como el hallazgo de rocas del basamento cerca de la localización del pozo Teposcolula 101 (L. Cartagena y R. Flores) demuestran que aún hay áreas que deben ser cartografiadas, pues sólo cartas fotogeo lógicas.

Desde el punto de vista estratigráfico, existe el problema de la correlación de las rocas del Paleozoico Superior que se encuentran en el Terre-no Mixteco y en el Oaxaca.

Faunísticamente hay diferencias: en el Mixteco prevalecen goniatítidos contra los trilobites en el Terreno Oaxaca (S. Morales, comunicación per-sonal); se hacen necesarios los estudios estratigráficos que consideren las variaciones en las facies, así como establecer las condiciones paleoecológicas de las provincias faunísticas, para este tiempo. Este tipo de - trabajo permitirá fijar el momento en que se amalgaron los dos terrenos considerados y también se tendrán más datos para comprobar sus afinida-des a diferentes escalas (M.F. Campa, J. Ramírez y L. Cartagena y R. Flores).

No hay discrepancias en la cubierta sedimentaria eocretácica común a los dos terrenos (J. Ramírez, M.G. González y otros, M. Monroy y A. Sosa y L. Cartagena y R. Flores); sin embargo, hay dos interpretaciones: 1) corresponde a la transgresión del Golfo, por lo que los terrenos Mixteco y Oaxaca ya estaban en el sitio en que se encuentran en el momento de la, transgresión y 2) que las rocas eocretácicas son evidencia del inicio de un ciclo característico de fragmentación continental que se dtó en otro sitio, y que posteriormente se acrecionan, junto con el terreno Juárez, al terreno Sierra Madre Oriental. Los estudios paleomagnéticos proporcio-naran datos para establecer la historia de esta región.

Esto también muestra que se requieren estudios de las capas rojas.

Por otra parte, la complejidad estructural y estratigráfica en el límite sur y occidental del Terreno Mixteco (J. C. Salinas), como la falta de trabajo básico en el límite sureste, en donde se ponen en contacto los terrenos Oaxaca, Xolapa y el Arco Chontal, replantean la necesidad de realizar simultaneámente estudios cartográficos, estructurales, petrológicos, radiométricos y estratigráficos fundamentales para la comprensión de los problemas geológicos de esta región del país.

Finalmente, destaca en todos los trabajos la falta de alusión a los problemas de la cubierta volcánica: ¿es solamente Terciaria? ¿es finicretácica como se ha determinado en la Cuenca del Balsas? ¿corresponde al extremo SE de la Sierra Madre Occidental?.