Interpretación tectónica continental de la Región Mixteca

http://dx.doi.org/10.18268/BSGM1984v45n1a1

María Fernanda Campa Uranga

PEMEX

 

Introducción

La Región Mixteca, localizada en la Sierra Madre del sur, es una de las regiones mejor conocidas por sus afloramientos dimensionados y aislados de rocas sedimentarias con una magnífica diversidad de fauna y flora, rocas metamórficas bastante estudiadas en algunas áreas, así como depósitos volcánicos poco estudiados. Sin embargo, una integración coherente de la diversidad estratigráfica, litológica y estructural y su interpretación geológica regional, ha comenzado a realizarse apenas en los últimos años (Ortega, 1981; Ramírez, 1982, Carfantán, 1983; Campa y Coney, 1983). Permanecen además áreas sin exploración ni investigaciones necesarias para comprender en su totalidad el significado histórico de esta vasta región.

A pesar de ello, los conocimientos acumulados hasta la fecha, nos permiten reconocer claramente 2 bloques de basamento de diferente naturaleza, tanto por su petrología corno por su edad, así como para su emplazamiento y la de sus diversas cubiertas sedimentarias, conjuntos que hemos llamado terrenos tectonoestratigráficos. De la misma manera los estudios de geología estructural que recientemente se han comenzado a realizar (De Cserna et al., 1980; Salinas, 1982; Torres et al., 1984), denotan límites tectónicos entre ellos mismos y entre los otros terrenos circunvecinos de naturaleza estratigráfica-estructural disímbola.

La descripción de los terrenos Mixteco y Oaxaca (Campa y Coney, 1983, así como de los terrenos circundantes Xolapa, Teloloapan, (Campa et al., 1974), Chontal y Mazateco o Juárez (Campa y Coney, 1983), nos lleva a la conclusión de su especificidad en el sur de México. Por otro lado, el hecho mismo de que hayan sido cubiertas por los sedimentos del Jurásico Tardío- Cretácico, originados en margen pasiva del tipo del Golfo de México-Atlántico medio y los depósitos volcánicos cenozoicos continentales que cubren una gran parte de nuestro territorio (Terrenos téctonoestratigráficos superpuestos jóvenes), nos dificulta el reconocimiento actual de dos interpretaciones planteadas: su continuación directa en el subsuelo o su caracter desagregado en bloques aislados.

 

Emplazamiento regional

Los terrenos tectonoestratigráficos de la Región Mixteca: Mixteco, Oaxaca, Chontal y Xolapa, no tienen correlación entre sí, ni con los otros terrenos límites de Teleolapan y Juárez. Sin embargo en el territorio nacional los terrenos Mixteco y Oaxaca pueden correlacionarse en parte con los bloques alóctonos que afloran en la franja de pliegues y cabalgaduras de los anticlinorios de Huizachal y Peregrina, en la Sierra Madre Oriental, Sierra de Juárez, y en el occidente del Estado de Durango y al norte del Eje Volcánico Transversal (Ver mapa).

El Terreno Chontal sólo puede correlacionarse con el Terreno Zihuatanejo (Vidal et al., 1980), las costas del Pacifico del norooccidente de Guerrero, Michoacán y Jalisco (los separa tectónicamente el Terreno Xolapa), así como los terrenos similares de Sinaloa, SW de Sonora y NW de Baja California. El terreno Xolapa no se correlaciona con ningún otro afloramiento conocido hasta hoy en el Territorio Nacional, excepto con cierta afinidad con el terreno de La Paz.

Este emplazamiento discontinuo guarda sin embargo, una disposición exclusiva al occidente del frente de la franja de pliegues y cabalgaduras (Campa, 1983). Fuera del Territorio Nacional, que representa justamente la terminación austral del Continente Norteamericano y la transición a Centro América y el Caribe, se muestra correlación directa con bloques que afloran en los territorios de Norteamérica, Centroamérica, el Caribe y Sudamérica.

El mapa tectónico regional adjunto muestra las franjas longitudinales de terrenos de origen común en una disposición geométrica compleja pero clara y comprensible dentro de la visión de la tectónica de placas, franjas que se emplazan las tenemos correlacionables con las de la Región Mixteca (Campa, 1984, a, b). Así puede verse claramente que la franja de pliegues y cabalgaduras con sus bifurcaciones en torno al Colorado Plateau, a la Plataforma de Coahuila y a los terrenos Mixteco y Oaxaca, es un límite tectónico entre el Cratón de Norteamérica y la franja del sistema Apalaches-Ouachita-Marathon que bordea el Oceáno Pacífico. Drásticamente, esta franja de pliegues y cabalgaduras es rota en Chiapas y Guatemala por el sistema Polochic-Motagua de fallas sinistrales, límite neotectónico a partir del cual aparece el mosaico del Caribe y Centroamérica. Al sur del sistema de fallas sinistrales de Santa Martha-Boconó-Trinidad, en el territorio de Venezuela y Colombia, vuelve a aparecer la misma disposición geométrica de Norteamérica con su franja de pliegues y cabalgaduras que longitudinalmente hasta el Ecuador, separa el Cratón de Guyana del sistema cordillero occidental (Campa et al., en preparación)

Centroamérica, inmediatamente al sur del sistema Polochic-Motagua, se divide en dos regiones: la llamada porción nuclear (Honduras, el Bloque Chortis y la Cordillera Central y parte del llamado Macizo de Santa Martha en Territorio Colombiano).

El terreno Oaxaca es sin lugar a dudas afín a la franja oriental grenvilliana del Cratón de Norteamérica, a porciones del Bloque Chortis en Centroamérica y a una porción del macizo de Santa Marthay fragmentos de la margen oriental de la Cordillera Central de Colombia.

El terreno Xolapa guarda cierta afinidad con porciones de la Sierra Nevada y la Cordillera Central y parte del macizo de Santa Martha en Colombia.

En cambio, los terrenos Chontal y Juárez son parte del mosaico de terrenos de áreas volcanicas insulares originadas en márgenes activas que bordean el Pacífico y que continúan hacia el Caribe en Cuba, Puerto Rico, Dominicana, Haití y Venezuela, hasta la Cordillera Occidental y la Cordillera del Baudo en Colombia con su continuación directa en territorio de Panamá y Costa Rica.

Una tectónica activa rompe esas franjas más antiguas y aísla en bloques exóticos algunas-de sus partes, cuyo camino de traslaciones y rotaciones ha podido reconstruirse con ayuda del paleomagnetismo.

 

Interpretación

La disposición geométrica actual descrita sintéticamente puede ser comparada con dos modelos de reconstrucción de la Pangea: 1) donde Sudamérica se traslapa en el actual territorio del sur de México, Centroamérica y el Caribe y 2) donde Sudamérica se localiza frente a la franja Apalacheana. (Irving, 1980).

El proceso de reconstrucción de la dispersión de ambas porciones originales cerrando el Atlántico, define momentos fundamentales de la evolución tectónica de la región: Mióceno, Laramíde, Cretácico Temprano, Jurásico Tardío y Triásico.

Durante este proceso histórico, los mecanismos geodinámicos son argumentos a favor de una interpretación que tiene como pensamiento esencial, la discontinuidad por rompimientos y deformaciones aleatorias en el tiempo, de aquellas franjas de continentes que se habían formado de acreciones previas con un proceso de estabilidad global, en la formación de nueva corteza y destrucción de corteza antigua.

Finalmente, la región Mixteca parece haberse conformado de un bloque desprendido de la porción sur-occidental del Cratón de Norteamérica y los Apalaches, en el rompimiento del Cratón de la Guyana, posteriormente, mediante una traslación y rotación, se colocó conjuntamente con el Bloque Chortis, en la región actual durante el Cretácico Temprano. Después de la deformación compresional laramídica, la envolvió y deformó tardíamente en el Mioceno, el Bloque Chortis comenzó su desprendimiento hacia su posición actual.

La Región Mixteca está activa rompiéndose mediante fallas laterales activas con dirección N-S y NW-SE, la más conspicua de las cuales es la continuación sur de la Falla de Tehuacán que llega a las inmediaciones de Puerto Ángel, donde se aloja la actividad sísmica registrada en nuestros tiempos (L. Ponce, comunicación oral). Este sistema de fallas activas, conjuntamente con los sistemas de San Andrés y Polochic-Motagua, parecen estar desgregando el occidente del actual territorio nacional, proceso que dará paso a una nueva disposición geométrica de fragmentos de terrenos futuros, similares a los terrenos en bloques complejos del tipo de la Región Mixteca, el Bloque Chortis y el Macizo de Santa Martha.

 Figura 1.