Palabras pronunciadas por el Sr. Lic. Mario Beteta, Director General de Petróleos Mexicanos en la inauguración de la VII Convención Geológica Nacional

http://dx.doi.org/10.18268/BSGM1984v45n3x1

Para mí es una distinción muy honrosa la de haber sido invitado a este acto. Aparte de su importancia científica, la Séptima Convención Geológica Nacional tiene un especial significado, pues con ella se conmemora el nacimiento de la Sociedad Geológica Mexicana, al cumplirse su ochenta aniversario.

Ochenta años es para los geólogos un lapso imperceptible, porque ellos acostumbran medir el tiempo con magnitudes que los demás mortales casi no podemos concebir; con magnitudes de millones de años o de miles de millones de años.

Sin embargo, para la historia de la Ciencia en un país joven y en vías de desarrollo, como el nuestro, 80 años representan una larga duración, y nos hacen pensar en la perseverancia, en el interés con que los geólogos mexicanos han mantenido y acrecentado su agrupación, que es uno de los elementos más activos y respetables de nuestra tradición científica.

El homenaje que hoy se rinde a los 109 miembros fundadores de esta Sociedad es ampliamente merecido, porque demostraron una sólida confianza en el porvenir de su profesión y del país, y porque la institución que crearon ha sido generosamente fecunda para las Ciencias de la Tierra y para las proyecciones que estas tienen en los terrenos de lo social y lo económico,

El hecho de que de la Sociedad Geológica Mexicana haya derivado la Asociación Mexicana de Geólogos Petroleros, la Sociedad Mineralógica, la Asociación Geohidrológica, El Colegio de Ingenieros Geólogos y la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México, denota hasta que grado las inquietudes de investigación y de realización científica se vinculan organicamente a las necesidades de nuestro país.

Los geólogos han estado atentos a estos diversos campos de su disciplina, cada uno de los cuales ha cobrado personalidad e importancia gracias al interés y a la capacidad profesional de sus cultivadores.

Como ha dicho mi estimado amigo el Sr. Ing. Carrillo, el trabajo de los geólogos mexicanos ha sido fundamental para el desarrollo entre nosotros de algunas actividades básicas, como es la petrolera, la generación de la energía eléctrica y, en general, la de otras numerosas clases de energía.

Mexico, en plena era tecnológica, cuenta con una dotación suficiente de recursos energéticos que lo colocan en situación privilegiada entre otros paises en vías de desarrollo.

Cuenta con vastos yacimientos de hidrocarburos, con corrientes de agua potentes y caudalosas, con depósitos de uranio y de carbón, y con gases subterráneos productores de energía geotérmica.

Nuestro sistema jurídico asegura el dominio exclusivo de la Nación sobre estas fuentes de energía, nuestro sistema educativo y la voluntad de perfeccionamiento de los trabajadores garantizan la capacidad técnica suficiente para explotarlas y nuestro andamiaje institucional nos provee de instrumentos idóneos para administrarlas.

En la base está la labor científica. Está el trabajo de los geólogos sin el cual no podríamos localizar ni evaluar las reservas petroleras, así como tampoco pÍanear la construcción de nuestras presas ni aprovechar ninguna de las otras riquezas de que es tan abundante nuestro territorio.

Respecto a la minería, ya el Ing.Carrillo ha evocado la presencia, en una fecha tan temprana como la de 1522, de una geología pionera, que intervino en la puesta en explotación, cerca de Taxco, en el actual Estado de Guerrero, de la primera mina de nuestro continente.

La proverbial opulencia de nuestras vetas minerales se inició entonces,' y los geólogos no han dejado de colaborar en la marcha de esta industria, dueña deuna venerable tradición pero también de un sólido presente y un promisorio futuro.

La geología es una ciencia de alta calidad académica que exige extremo rigor y especialización en su ejercicio, y que está ligada al mismo tiempo a los intereses vitales del país entero.

Con el apoyo de nuestros geólogos se toman decisiones para la construcción de importantes obras de infraestructura, necesarias para la producción de satisfactores y la prestación de servicios indispensables.

Para la industria del petróleo, la exploración geológica es una tarea de importancia primordial, porque permite identificar y evaluar las reservas de hidrocarburos. Todos sabemos lo que significan estós recursos para la superación de nuestros problemas y para la consecución del desarrollo pleno que ambicionamos.

Las reservas constituyen el cimiento y la premisa fundamental de toda industria petrolera, de modo que la nuestra, que proporciona al país más del 90 por ciento de la energía que consume, aporta el 75 por ciento de las divisas que capta México en el extranjero, y contribuye al fisco con el 35 por ciento de los recursos que éste recauda, está fincada sobre el trabajo de los geólogos. Nuestros 72 mil 500 millones de barriles de reservas probadas son el fruto de la sapiencia y de los desvelos de muchos de ustedes; de incontables jornadas de fatigas y peligros, entre las acechanzas de una naturaleza arisca y en algunas ocasiones de comunidades humanas poco comprensivas .

Hoy, en 1984, cuando es mas fuerte que nunca la obligación de aprovechar nuestros recursos naturales, los geólogos de las nuevas generaciones están como siempre entregados a su tarea y ponen en ella todo su saber y su espíritu de servicio. De esta manera, la ciencia geológica y quienes la cultivan colaboran a la consecución de una meta esencial: la de que el país obtenga los mayores beneficios de dichos recursos y al mismo tiempo lo preserve de todo gasto excesivo o injustificado.

El esfuerzo que ha representado la preparación de 161 conferencías y 4 mesas redondas, que se sustentarán durante la convención, será seguramente fecundo y dará a ustedes la satisfacción de haber contribuido al progreso de la geología en México y de la Sociedad Geológica Mexicana.

Hoy nueve de octubre de mil novecientos ochenta y cuatro, a las 9:00 horas, tengo el honor de declarar inaugurados los trabajos de la Séptima Convención Geológica Nacional, y formulo mis mejores votos para el buen éxito de este acontecimiento y el de cada uno de ustedes.