Síntesis de los trabajos reunidos
R. Flores L.
En los trabajos que tratan del límite del Terreno Mixteco en su porción nororiental y centro-oriental (M. G. González y otros, Germán Torres y otros, y L. Cartagena y R. Flores), se proporcionan evidencias estructurales, petrológicas y cartográficas de la falla que pone en contacto los terrenos Mixteco y Oaxaca.
No obstante, consideramos que los trabajos de verificación estructural de los. "lineamientos" interpretados fotogeológicamente apenas se inician.
Es importante reconocer el, ó los tipos de desplazamientos a lo largo de las fallas, así como la historia de los mismos; estos reconocimientos no se han hecho.
Igualmente se sabe que ésta región es sísmicamente activa, ubicándose los epicentros a lo largo de los contactos de falla entre los terrenos estrato tectónicos, requiriéndose de estudios de neotectónica.
Los descubrimientos recientes del Paleozoico (L.A. Flores y B.E. Buitrón), así como el hallazgo de rocas del basamento cerca de la localización del pozo Teposcolula 101 (L. Cartagena y R. Flores) demuestran que aún hay áreas que deben ser cartografiadas, pues sólo cartas fotogeo lógicas.
Desde el punto de vista estratigráfico, existe el problema de la correlación de las rocas del Paleozoico Superior que se encuentran en el Terre-no Mixteco y en el Oaxaca.
Faunísticamente hay diferencias: en el Mixteco prevalecen goniatítidos contra los trilobites en el Terreno Oaxaca (S. Morales, comunicación per-sonal); se hacen necesarios los estudios estratigráficos que consideren las variaciones en las facies, así como establecer las condiciones paleoecológicas de las provincias faunísticas, para este tiempo. Este tipo de - trabajo permitirá fijar el momento en que se amalgaron los dos terrenos considerados y también se tendrán más datos para comprobar sus afinida-des a diferentes escalas (M.F. Campa, J. Ramírez y L. Cartagena y R. Flores).
No hay discrepancias en la cubierta sedimentaria eocretácica común a los dos terrenos (J. Ramírez, M.G. González y otros, M. Monroy y A. Sosa y L. Cartagena y R. Flores); sin embargo, hay dos interpretaciones: 1) corresponde a la transgresión del Golfo, por lo que los terrenos Mixteco y Oaxaca ya estaban en el sitio en que se encuentran en el momento de la, transgresión y 2) que las rocas eocretácicas son evidencia del inicio de un ciclo característico de fragmentación continental que se dtó en otro sitio, y que posteriormente se acrecionan, junto con el terreno Juárez, al terreno Sierra Madre Oriental. Los estudios paleomagnéticos proporcio-naran datos para establecer la historia de esta región.
Esto también muestra que se requieren estudios de las capas rojas.
Por otra parte, la complejidad estructural y estratigráfica en el límite sur y occidental del Terreno Mixteco (J. C. Salinas), como la falta de trabajo básico en el límite sureste, en donde se ponen en contacto los terrenos Oaxaca, Xolapa y el Arco Chontal, replantean la necesidad de realizar simultaneámente estudios cartográficos, estructurales, petrológicos, radiométricos y estratigráficos fundamentales para la comprensión de los problemas geológicos de esta región del país.
Finalmente, destaca en todos los trabajos la falta de alusión a los problemas de la cubierta volcánica: ¿es solamente Terciaria? ¿es finicretácica como se ha determinado en la Cuenca del Balsas? ¿corresponde al extremo SE de la Sierra Madre Occidental?.
La aplicación de la Tectónica en la búsqueda de hidrocarburos en la Mixteca
http://dx.doi.org/10.18268/BSGM1984v45n1a8
Lucio Cartagena Hernández y Roberto Flores López
Petróleos Mexicanos, Gerencia de Exploración, Zona Sur y México
Resumen
De cuatro anos a la fecha se hace una interpretación diferente de la tectónica, en la que se evita el uso de modelos geológicos preconcebidos y determinísticos, cuya evolución está previamente establecida. La interpretación se basa en la información cartográfica y estratigráfica. En este caso se interpretan los datos geológicos que se obtuvieron durante la exploración petrolera de la estructura Yucunama, en la que se perforaron los pozos Teposcolula No. 1 y Yucudá No. 1, cerca de Teposcolula. --Oax.
Del análisis cartográfico-estratigráfico se establecen las diferencias: El anticlinal Yucunama está limitado, al oeste, por una falla que separa los terrenos estratotectónicos Mixteco y Oaxaca, cuya historia Pre-Cretácico Temprano es contrastante. Resalta el hecho de que el límite sea una falla, cuestionándose la existencia de la Cuenca de Tlaxiaco.
Desde el punto de vista petrolero, las rocas jurásicas, generadoras y con buenas manifestaciones, afloran al oeste, dentro del terreno Mixteco; por el contrario, al oriente, dentro del terreno Oaxaca no afioran y, como se comprobó con el pozo Yucudá No. 1, no se encontraron las rocas jurásicas del oeste. El estudio estratigráfico de las rocas jurásicas de la región Mixteca ayudará a dilucidar las tendencias sedimentarias, definiéndose las posibilidades de encontrarlas en el subsuelo, más allá de los sitios en donde afloran.
Introducción
A partir de los últimos 15 años, Petróleos Mexicanos emprendió la exploración del subsuelo en las regiones que se encuentran al oeste de la Sierra Madre Oriental.
La experiencia acumulada por los geólogos petroleros en la exploración de la planicie costera del Golfo de México es vasta, y con este bagaje se inició la búsqueda de yacimientos situados en condiciones geológicas mucho más complejas y que hoy no se entienden claramente, puesto que la comunidad geológica nacional discute las interpretaciones que se hacen en torno a la geología de esas regiones.
Es importante señalar las dos concepciones en que se apoya la interpretación de la información geológica:
1) A partir de los modelos regionales meso-cenozoicos propuestos por Z. de Cserna (1960) y E. Guzmán y Z. de Cserna (1963), en los que se considera todo el país como zona externa o miogeosinclinal, excepto Baja California que comprende la zona interna o eugeosinclinal; en la Carta Tectónica de Norteamérica (P. B. King-1969), la cartografía de México, sigue como toda la carta, el modelo del geosinclinal cuya evolución está regida por el ciclo geotectónico. En la década de los 70, M. Tardy (1972-1980) hizo importantes contribuciones a la Geología de nuestro país porque aportó conocimientos e ideas y, al mismo tiempo, enseñó a los que tuvimos la oportunidad de ser sus alumnos hace 10 años. En sus trabajos destaca los detalles de las zonas externas y señala la influencia tectónica de las zonas internas que se manifiesta como cambios en la sedimentación y después, estableciéndose la relación estructural entre ambas zonas.
2) Recientemente se han propuesto otras interpretaciones basadas en la gran cantidad de información acumulada durante los 30 años que siguieron a las primeras interpretaciones de México (M. Alvarez 1949); además, el progreso logrado en las Ciencias de la Tierra con la revolucion en el conocimiento que trajo la Tectónica Global desarrollada paralelamente y de los últimos avances efectuados por P.J. Coney et al. (1980) hasta llegar a la celebración de la conferencia de terrenos circumpacíficos (D.G. Howell et al., 1984).
En este sentido se han hecho trabajos en los que se han planteado por un lado los terrenos tectonoestratigráficos, (M.F. Campa et al., 1980; M.F. Campa and P.J.Coney, 1983); por otro, en base a la división de terrenos, las columnas estratigráficas se subdividieron en conjuntos tectónicos (R. Flores 1980; R. Flores et al., 1982; R. Castro et al., 1982); efectuándose también la carta de Conjuntos Tectónicos (P.J. Coney et al., 1984).
Basándonos en estas ideas Se analiza la información geológica del área de la Mixteca, con la finalidad de aplicarla en la búsqueda de hidrocarburos, con el siguiente plan:
A) El método de trabajo y,
B) La aplicación realizada.
A) El método de trabajo.
La base cartográfica y estratigráfica para distinguir los conjuntos tectónicos:
La primera cartografía sistemática del área fue la realizada por D. López (1969) y J. González (1970): aún cuando H. Erben (1956), sobre la base de los trabajos de C. Burckhardt (1927-1930), sistematiza el -conocimiento de las rocas jurásicas de la región de Guerrero y Oaxaca. Para estas notas la cartografía realizada por los geológos de PEMEX, en primera instancia contribuye sustancialmente a la delimitación de los conjuntos.
En la cartografía de D. López (1969 y 1971) y de J. González (op. cit.) se distingue fácilmente que las rocas más antiguas, con seguridad, son las que afloran al oriente de Teposcolula, en la región de Nochistlán, Oax.; ahí afloran las rocas paleozoicas que cubren al zócalo Pre-Cámbrico constituído por gneises y granulitas (F. Ortega 1981), éstas siguen una distribución siempre al oriente de la hoja que se está considerando (Levantamiento geológico, área Chilapa-Tlaxiaco", esc. 1:100000, diciembre 1969. Superintendencia General de Exploración Zona Sur. PEMEX) (Figura 1).
Figura 1.
En la misma cartografía se aprecia la distribución de los esquistos del Complejo Acatlán. constituido por 2 unidades: 1) esquistos y migmatitas del parauctóctono y 2) metaofiolitas. granitoides milonitizados y metasedimentos del alóctono, evidenciando su complejidad (F. Ortega, op. cit.) el cual hasta 1982. se consideraba sin cubierta paleozoica (A. Flores y B. E.Buitrón 1982). Esta base cartográfica puede separarse en dos áreas con una historia geológica Precámbrico y Paleozoico, diferentes completamente. Si se continúa el análisis cartográfico y estratigráfico con los mismos mapas, se encuentra que también en el Mesozoico la historia es diferente; sobre las rocas del Complejo Acatlán, está el Jurásico, en tanto que sobre las rocas Precámbrico-PaIeozoicas sólo se encuentra el Cretácico Inferior terrígeno.
Se aprecia rápidamente que, al considerar la distribución geográfica de las rocas que constituyen el basamento en esta región, hay diferencias importantes en cuanto a historia (Precámbrico-Cretácico Inferior) y la distribución de las rocas que representan esos períodos estratigráficos.
Las diferencias, en la evolución geológica de esta región, no se toman en cuenta en la Paleogeografía del Jurásico Tardío en México (P. Enos 1983, Fig. 3). porque se incluyen como land indistintamente todos los terrenos cristalinos descritos por F. Ortega (1981, Fig.1); además, de que, como demuestran en sus trabajos, D. López y sucesores, que las diferencias evolutivas son contrastantes.
Una vez que se aprecian las diferencias que las rocas tienen una distribución característica, se ve en la cartografía de D. López que la separación de las dos áreas es una falla o un accidente estructural, falla que infiere F. Ortega (op. cit., loc. cit.) y que estudian detalladamente G. Torres et al. (1984), M.G. González et al. (1984).
De esta manera estas primeras apreciaciones pueden continuarse en los detalles; así se realiza:
1o.) La division en terrenos tectonoestratigráflcos: Por lo que se ha anotado, consideramos que hay suficientes diferencias geológicas, que evidencian una historia completamente diferente y que además el límite entre las dos áreas es un accidente estructural de más de 200 km, (M.F. Campa et al. 1980; P.J.Coney 1981; F.Ortega 1981, J. Ramírez 1982, Campa and Coney 1983). En este sentido deben considerarse como terrenos tectonoestratigráficos.
2o.) El análisis estratigráfico: si se colocan en un cuadro estratigráfico los datos que se tienen hasta el momento se nota lo siguiente, las correspondencias litológicas y de edad en los dos terrenos tectonoestratigráficos, son contrastantes en todos los niveles desde el Precámbrlco hasta el Cretácico Inferior, más aún, las manifestaciones de hidrocarburos obedecen a la ubicación de las rocas generadoras como lo ilustra la cartografía de D. López (1969). Se puede observar en la sección estratigráfica las variaciones de edad, facies y espesores así como el límite entre los terrenos tectonoestratigráficos (Figura 2).
3o.) El análisis estructural: consecuentemente con la naturaleza mecánica de las rocas, de sus espesores y de su posición respecto a las fuerzas que tienden a deformarlas, se tienen las diferentes estructuras. Basándose en la misma cartografía geológica se encuentra también una zonación estructural y morfológica que se muestra en las secciones geológicas.
Figura 2.
B) La aplicación de un método de análisis tectónico en la búsqueda de hidrocarburos.
i) Antecedentes de la exploración.
El hallazgo inesperado de una columna gruesa de evaporitas y carbonatos en el pozo Teposcolula No. 1, planteó la necesidad de continuar la exploración de la estructura en condiciones que se consideraron con mejores posibilidades para cortar las rocas jurásicas, así se perforó el Pozo Yacudá No. 1, en el que las rocas cristalinas se encontraron a escasa profundidad debajo de una secuencia de evaporitas"'carbonatos y areniscas y limolitas del Cretácico Inferior y Medio. Con estos resultados y sin alcanzar los objetivos de exploración, se pospuso una década la exploración de esta estructura. Recientemente se propuso una nueva localización: Teposcolula No. 101, pero del resultado del análisis tectónico se proponen las siguientes observaciones que se someten a:
ii) Discusión: La definición de "Cuenca de Tlaxiaco" sólo obedece a la dlstribución general de las rocas mesozoicas sin considerar la historia geológica completa del área, tanto de la "cuenca" como de sus límites.
Si se sobreponen dos cartas, la geológica (E. López, 1976) y la de conjuntos tectónicos (P. Caney et al. 1984) pueden notarse rápidamente las diferencias: En la de conjuntos resalta la discontinuidad tectónica que divide bruscamente la "cuenca", interrumpiendo su continuidad. Por tanto, al interrumpirse la continuidad de la "cuenca"hacia el oeste o el este, se cuestiona que la distribución de las rocas jurásicas que pertenecen al terreno tectonoestratigráfico Mixteco se encuentren, como lo prueban los datos de superficie y del subsuelo, en el Terreno Oaxaca; más aún los hallazgas recientes de rocas cristalinas, cercanas al sitio donde se pensaba perforar el Pozo Teposcolu1a 101 vienen a corroborar con más datos estas ideas.
En síntesis, se tiene una interrupción repentina de las facies del-Jurásico Medio-Superior del terreno Mixteco, confinadas a este terreno. Destaca claramente también, que estas rocas son las consideradas como generadoras, así lo atestiguan las manifestaciones de hidrocarburos existentes, en particular cerca del límite estructural de los terrenos. No obstante. existen manifestaciones de hidrocarburos en el Terreno Oaxaca aunque mucho menos abundantes que en el Terreno Mixteco.
Conclusiones
Con todo, el método de análisis demuestra que:
1) Con la gran cantidad de información geológica y geofísica que posee PEMEX, pueden realizarse evaluaciones geológicas-económicas en plazos breves.
2) Como lo demuestra el análisis de una parte de la "Cuenca Tlaxiaco", debe considerarse la historia geológica completa o por lo menos la historia de los períodos anteriores, a las rocas que se consideran importantes desde el punto de vista petrolero; aún cuando debe tenerseen cuenta la evolución posterior, porque seguramente hay influencia tectónica sobre las estructuras y los procesos petrogénicos posteriores a las rocas objetivo.
3) En la geología petrolera siempre se ha considerado que las rocas sedimentarias cambian de facies, aún cuando la transición no esté probada o no se puede observar; cuando se tiene el dato del cambio ya no quedan dudas. Por ello, las rocas jurásicas de la Mixteca, deben estudiarse estratigráficamente con el fin de dilucidar las tendencias sedimentarias para definir la posibilidad de encontrarlas en el subsuelo, más allá de los sitios de afloramiento.
Una nueva localidad del Paleozoico Superior de la Región de la Mixteca Oaxaqueña
http://dx.doi.org/10.18268/BSGM1984v45n1a4
Luis A. Flores de Dios G.1, Blanca E. Buitrón2
1 Universidad Autónoma de Guerrero
2 Instituto de Geología, UNAM
Se da a conocer por vez primera la presencia de rocas sedimentarias pertenecientes al Paleozoico Superior (Pensilvánico Superior- ?Pérmico) que se encuentran aflorando al SE del poblado de San Juan Mixtepec en la región de la Mixteca Alta en el Estado de Oaxaca.
La litología de la unidad consiste en areniscas, lutitas y limolitas, con un espesor aproximado a los 80 metros. La edad de estas rocas se determinó con base en la presencia de crinoides de las especies Cyclocaudex jucundus Moore y Jefferd, Cyclocaudes typicus Moore y Jeffords y Heterostelechus jeffordsi Miller, indicadoras del Pensilvánico Superior. Asociados a los crinoides se colectaron braquiópodos actualmente en estudio.
Estas areniscas, lutitas y limolitas se encuentran, por contacto tectónico, sobreyaciendo a los Granitoides Esperanza del Complejo Acatlán, asignado al Paleozoico Inferior y subyace discordantemente al Conglomerado Cualac del Grupo Tecocoyunca del Jurásico Medio. Finalmente sobreyaciendo discordantemente al Grupo Tecocoyunca se encuentran depósitos volcánicos y conglomerados de la Formación Conglomerado Allende del Eoceno y la andesita Yucudaac.
Esta Unidad del Paleozoico Superior es correlacionable con la Formación Olinalá que aflora en la Región de la Montaña de Guerrero. Se considera que con un muestreo más detallado probablemente se logren colectar las mismas especies de invertebrados fósiles, que contienen los estratos de la Formación Olinalá.
El hallazgo de estas rocas constituye el segundo reporte de sedimentos terrígenos del Paleozoico Superior en el Terreno Mixteco.
Por otra parte el hallazgo de éstos sedimentos terrígenos del Paleozoico Superior conduce a retomar una vez más la discusión y revisión de la estratigrafía en la Región de la Mixteca, pues como es conocido estos sedimentos se consideran que forman parte de la Formación Rosario (Jurásico Inferior) del "Grupo Consuelo" en la Región de Tezoatlán. La edad asignada a esta formación se basa unicamente, hasta el momento en la proporcionada por la flora fósil,cuyas especies tienen una distribución estratigráfica muy amplia desde el Pérmico hasta el Jurásico Superior.
El descubrimiento de esta nueva localidad del Paleozoico Superior aunado al de la Formación Olinalá que continúa en estudio, con aparición de nuevas especies entre ellas fusulínidos, reitera la necesidad de realizar estudios estratigráficos detallados con la finalidad de esclarecer el rango estratigráfico definitivo que tienen las rocas que subyacen al Conglomerado Cualac.
Figura 1. Sección esquemática del Paleozoico de la Mixteca
Figura 2. Mapa de localización del área estudiada
Acreción de los terrenos Mixteco y Oaxaca durante el Cretácico Inferior. Sierra Madre del Sur de México
http://dx.doi.org/10.18268/BSGM1984v45n1a2
Joel Ramírez Espinosa
Universidad Autónoma de Guerrero.
Resumen
A través del análisis de la información geológica, paleontológica y geofísica disponible, de algunos de los distintos terrenos tectonoestratigráficos que forman la Sierra Madre del Sur, se considera que los Terrenos Mixteco y Oaxaca, elementos fundamentales de ella, se acrecionaron en el Cretácico Inferior.
Los datos estratigráficos de los Terrenos Maya, Juárez, Oaxaca y Mixteco, muestran que éstos poseen una historia de evolución independiente entre sí. Dicha individualidad de los terrenos se mantiene por lo menos hasta el Jurásico-Superior-Cretácico Inferior.
El nivel estratigráfico del Cretácico Inferior (Barremiano-Cenomaniano) que indistintamente lo encontramos cubriendo a los terrenos analizados, señala que para tal edad, estos terrenos ya acrecionados comparten una historia común, por tal motivo dicho nivel del Cretácico Inferior debe considerarse como un terreno superpuesto. Las características litológicas de este terreno superpuesto (capas rojas en su base y calizas de plataforma hacia la cima) nos indican una clara transgresión marina que suponemos proviene del oriente en la región del Golfo. Los contactos entre estos terrenos antes del nivel del Cretácico Inferior se constituyen como límites tectónicos importantes.
La bifurcación que sufre el Cinturón de Pliegues y cabalgaduras del país y que adopta una forma casi envolvente al bloque formado por los terrenos Oaxaca y Mixteco, nos indica su presencia antes de que la fase laramídica se produjera.
En la medida que se tengan mayores y mejores datos, la reconstrucción de nuestros sistemas montañosos se abordará con mayor precisión. La evolución aquí presentada constituye una hipótesis de trabajo abierta a la discusión.
Introducción
En este breve artículo se pretende dar una primera hipótesis con respecto al tiempo de acreción de los terrenos de la Mixteca y de Oaxaca al territorio mexicano, entidades geológicas fundamentales de la Sierra Madre del Sur, haciendo acopio de la rnayor información con que actualmente se cuenta tanto de ellos como de los distintos terrenos que los circundan.
Un primer paso importante en el estudio de las cadenas montañosas, sin lugar a dudas, ha sido el poder identificar y separar los distintos terrenos tectonoestratigráficos que las conforman, así como establecer claramente su naturaleza y las relaciones que guardan entre sí tales terrenos. Sin embargo, un análisis más profundo de las distintas características geológicas, paleontológicas y geofísicas de cada uno de ellos, nos debe conducir finalmente a la reconstrucción de los distintos eventos tectónicos que fueron conformando las cadenas montañosas, es decir, su evolución.
En fechas recientes se han desarrollado los primeros trabajos que tienden a separar y definir los diferentes terrenos que constituyen el territorio mexicano (Campa et al., 1980), (Campa y Coney, 1981), (Ramírez J. 1982). Con respecto al sur de México, hasta el momento se han identificado los siguientes terrenos: Maya, Juárez, Oaxaca, Mixteca, Teloloapan, Huetamo, Zihuatanejo y Xolapa, (Figura 1), cada uno de ellos como ya se ha planteado tienen una historia geológica propia que los distingue de los terrenos circundantes y cuyos límites corresponden a contactos tectónicos importantes.
Figura 1. Localización y distribución de los terrenos (Tomada de Campa y Coney, 1981)
Metodología
Para el objetivo de este trabajo se analizarán únicamente los primeros cinco terrenos arriba mencionados, en base a una descripción sintética y donde más bien se hará énfasis en las distintas características que puedan diferenciar o correlacionar cada terreno.
En la figura 2 se muestra esquemáticamente o a manera de diagrama de flujo, los siguientes aspectos, mismos que se desarrollan en el artículo:
1) La distribución actual de los terrenos que se analizan con un seguimiento de occidente a oriente.
2) El rango estratigráfico de cada uno de los terrenos dado en la primera columna.
3) Los intervalos en que cada terreno mantiene una historia individual (dado por la columna con ashurado vertical, y los intervalos donde comparten una historia común (dado por las columnas en ashurado horizontal) y
4) El tipo de contacto que los delimita y la posible edad en que se produjo dicha relación.
a) Descripción de Terrenos
Terreno Teloloapan.- Este terreno es uno de los diversos terrenos con características de arco volcánico que se distribuyen en la región occidental del territorio mexicano. Esencialmente está constituido por una interestratificación de material volcánico andesítico, con horizontes de caliza y de terrígenos. Presenta un ligero metamorfismo de la facie de esquistos verdes, pero donde aún es posible reconocer con facilidad las características originales de las rocas.
La edad que hasta el momento se ha reportado para esta secuencia por medio de datos paleontológicos ha sido del Jurásico Superior al Cretácico Inferior, (Campa et al., 1974), la fauna encontrada no es, de ninguna manera, característica de determinada región, en en México se encuentra tanto en unidades de la Sierra Madre Oriental como en los terrenos de occidente, como este caso. El basamento de este terreno se desconoce. Se ha especulado en varios trabajos sobre la naturaleza y edad de un basamento para la región (Fries 1960, De Cserna, 1978), atrbuyéndolo tradicionalmente al Esquisto Taxco. Más recientemente se propone como basamento a un pequeño y aislado afloramiento de un ortogneis localizado en la región de Tizapa, Estado de México (Parga J. et al., 1982), sin embargo, la edad para esta unidad permanece incierta ya que los datos eocénicos obtenidos hasta ahora por métodos radiométricos resultan ilógicos. La relación que guarda el ortogneis con las unidades que lo sobreyacen, en nuestra opinión de ninguna manera es discordante, más aún, el estilo de deformación y los planos de foliación resultan coincidentes. El contacto de este terreno con el terreno contiguo Mixteco es cabalgante (Campa et al., 1976), además se pone de manifiesto en la mayor parte del terreno, el empuje que éste sufrió hacia el oriente, lo que produjo una serie de cobijaduras en escama de corta dimensión (Campa y Ramírez, 1979) semejante a un cinturón de pliegues y cabalgaduras. La edad del cabalgamiento es laramídico.
Terreno Mixteco.-Este terreno junto con el de Oaxaca, constituyen los dos únicos terrenos situados en el suroccidente de Méxicoco a los que con seguridad se le conoce basamento. El Terreno Mixteco tiene un basamento metamórfico conocido como Complejo Acatlán, el cual en términos generales está formado esencialmente de metasedimentos, rocas verdes, metagranitos y cuerpos ofiolíticos (Ortega, 1978). El grado de metamorfismo es muy variable, se presentan facies de esquistos verdes, eclogitas y anfibolitas dependiendo de la unidad que se reporta (Ortega, 1978).
La edad asignada a este complejo se ha dado por posición estratigráfica y datos radiométricos. La última datación que se conoce dio una edad absoluta de 380 m.a. (Armstrong, 1979 en De Cserna, 1980).
El Complejo Acatlán subyace a la Formación Olinalá de edad Pensilvánico-Pérmico (Flores de D., y Buitrón, 1982), con lo cual se le asigna una edad pre-Pensilvánica. No se han reportado con seguridad hallazgos paleontológicos.
El Paleozoico Superior en el Terreno Mixteco se registra en la Formación Olinalá (Flores de D. y Buitrón, 1982) de edad Pensilvánico- Pérmico, que sobreyace discordantemente al Complejo Acatlán.
La unidad está formada por una secuencia alternante de sedimentos terrígenos y calcáreos. La formación es rica en fauna pero debido a su reciente descubrimiento,aún no se han realizado estudios paleontológicos sistemáticos que nos pueda dar una idea de su afinidad paleobiogeográfica. Quizá con el estudio de los fusulinidos ahora reportados en la secuencia (Clemencia Téllez, 1984, comunicación personal) se pueda hacer un intento de establecer alguna afinidad paleobiogeográfica.
El depósito del Jurásico Medio en el terreno es quizá uno de los rasgos característicos que los distinguen de los demás. Esta secuencia está constituída por un conglomerado basal de fragmentos de cuarzo (Formación Cualac) de carácter continental que pasa transicionalmente a sedimentos terrígenos más finos de ambientes mixtos y finalmente marinos, (Grupo Tecocoyunca). La secuencia ha sido bien datada debido a la abundancia de fauna y flora en sus estratos, se -asigna una edad de Bajociano-Calloviano. Con respecto a las afinidades paleobiogeográficas de la flora y fauna del Jurásico Medio presente en esta unidad, existen dos hechos que hay que resaltar:
1) Según Westermann (1981), las amonitas de la Formación Taberna (Bajociano-Batoniano), tienen una gran afinidad con las formas existentes en el Tethys Occidental principalmente del norte de Africa y Europa, aunque algunos de los géneros reportados se distribuyen igualmente en la costa pacífica, lo que le lleva a pensar en una conexión existente entre el Tethys y el Pacífico desde por lo menos el Bajociano, Westermann, (1969, 1980). Sin embargo señala la presencia, aunque cuestionable para él de algunos géneros y especies que únicarnente son reportados para el Pacífico (Lupherites, Stephano Chilense).
2) Con respecto a la flora, en el año de 1969 T. Delevoryas, reporta en las capas de las formaciones Zorrillo y Simón del mismo Grupo Tecocoyunca del Jurásico Medio, la presencia de hojas indistin guibles de las formas del género Glossopteris típicas del Carbonífero-Pérrnico y en algunos casos del Triásico que se distribuyen esencialmente en los continentes que constituyeron la Gondwana. Delevoryas propone dos interpretaciones para explicar la presencia de esta flora:
a) Que las formas de Glossopteris encontradas en el Jurásico Medio representen una extensión geológica y geográfica del género Glossopteris.
b) Que estas formas de hojas pertenezcan a un grupo de plantas sin relación alguna a dicho género.
Finalmente, Delevoryas, (1975) opta por la segunda opción y propone un nuevo género al que llama Mexiglossa, de Clase, Orden y Familia desconocida. Aunque señala que el género Mexiglossa es morfológicamente indistinguible del género Glossopteris, al grado de que si se comparan ambos ejemplares sin indicar su procedencia, éstos serían incluidos en uno mismo.
Un avance importante en la resolución de este problema de laregión, sería el estudio de la flora, de la cual tenemos indicios que existe, de algunos horizontes de lutitas de la Formación Olinalá de edad Pensilvánico-Pérmico, rango en el que con seguridad se distribuyó el género en cuestión.
La relación que guardan los sedimentos del Jurásico Medio, con respecto a los del Pérmico que los subyacen, en la región de Olinalá, Gro., es acordante al formar ambas unidades el flanco noroccidental de una estructura sinclinal de carácter regional. En la región de Mixtepec, Oaxaca, el Jurásico Medio cubre en marcada discordancia angular a los sedimentos del Pérmico de la Forrnación Olinalá. Con respecto a la relación que ambas formaciones guardan en la región de Olinalá, Gro., Corona (1983), sugiere que la región ha mantenido una estabilidad desde el Pérmico hasta antes de la Orogenia Laramide; esta aseveración en nuestra opinión resulta muy discutible.
Sobreyaciendo de manera discordante a todas las unidades hasta aquí descritas en el Terreno Mlxteco, se distribuye ampliamente una secuencia de terrígenos continentales, mixtos y marinos. La edad de la secuencia es del Cretácico Inferior-Medio. La fauna -que se distribuye en esta secuencia no es distintiva de una determinada región, la podemos encontrar en México tanto al oriente como al occidente, su distribución es amplia sobre todo al nivel del Albiano-Cenomaniano.
Los principales afloramientos de esta secuencia se encuentran en la Cuenca de Tlaxiaco y en la Plataforma de Morelos-Guerrero. Los afloramientos de esta última se ven cubiertas al norte por las rocas del Eje Neovolcánico Transmexicano, para posteriormente aflorar en la región de Hidalgo y Querétaro, en una aparente continuidad de afloramientos. Al nororiente esta secuencia se interrumpe siguiendo la orientación del fallamiento de Tehuacán que además separa al Terreno Mixteco del Terreno Juárez. El límite entre los terrenos de la Mixteca y de Oaxaca, es de naturaleza tectónica, (Ortega, 1978).
Terreno Oaxaca.- Este terreno al igual que el anterior, está formado por un basamento metamórfico y una cubierta sedimentaria. El basamento está constitu1do fundamentalmente de paragneis y en menor cantidad por ortogneis y cuerpos anortosíticos. El grado de metamorfismo que caracteriza a este complejo corresponde a la facies de granulitas, (Ortega, 1981). La edad para el complejo metamórfico, sin lugar a dudas, corresponde al Precámbrico con edades absolutas que varían entre los 900 a 1100 m.a. Por sus características litológicas y cronológicas, esta unidad se correlaciona con la Provincia Grenvilliana de Norte América.
Sobreyaciendo al Basamento Precámbrico de Oaxaca se han reportado pequeños afloramientos de una secuencia sedimentaria formada por calizas que corresponden al Cámbrico-Ordovícico de la Formación Tiñú (Pantoja y Robinson, 1967). Algunos trilobites reportados en esta formación y que se situan en el Tremadocíano, según su afinidad paleogeográfica, son característicos de la Gondwana (Whittington y Hughes, 1974).
Sobreyaciendo a la Formación Tiñú, se encuentran algunos depósitos de la Formación Ixtaltepec. Esta unidad está constituída por lutitas, areniscas y horizontes de caliza. La fauna es muy abundante al igual que en la Formación Olinalá, sin embargo entre sí guardan algunas diferencias en cuanto al contenido faunístico (ejemplo, en la Formación Ixtaltepec es común la presencia de trilobitas, fauna que hasta el momento no ha sido reportada en la Formación Olinalá, en contraste esta última, contiene amonoideos y fusulínidos, faunas ausentes en la Formación Ixtaltepec). Un estudio sistemático y comparativo de las dos localidades del Pensilvánico-Pérmico que sobreyacen a basamentos distintos, sería muy recomendable.
Un hecho que hasta cierto punto causa extrañeza se debe a la ausencia total de sedimentos jurásicos sobre el Terreno Oaxaca. Dicha ausencia del Jurásico en este terreno (o quizá no reportados hasta la fecha) lleva a establecer variantes en la interpretación de los momentos de amalgarniento de los Terrenos Mixteco y Oaxaca.
Lo que sí no hay duda es con respecto a la presencia de los depósitos del Cretácico Inferior que se distribuyen ampliamente sobre el Terreno Oaxaca. Esta secuencia al igual que en el Terreno Mixteco etá formada en su base por sedimentos terrígenos que pasan concordante y transicionalmente a las calizas de plataforama. La edad de la secuencia es Barremiano-Cenomaniano. La continuídad de los afloramientos del Cretácico sobre todo al nivel de las calizas y que cubren tanto al Terreno Oaxaca como al Mixteco, ponen de manifiesto la certeza de que éstos comparten ya una historia común para dicha edad. El contacto entre el Terreno Oaxaca y el Terreno Juárez no se observa debido al graben de Tehuacán que los separa y cuyo origen es neotectónico.
Terreno Juárez.- Este terreno se constituye como el más oriental de los terrenos, con características de arco volcánico, situados al occidente de México; por lo tanto representa el límite de éstos con el terreno de márgen pasivo del oriente del país. Su distribución va de Tehuacán al norte, donde se pierde al quedar cubierto por el Eje Neovolcánico Transmexicano, hasta el sur en la región del Istmo de Tehuantepec.
Este terreno está formado por distintas unidades en íntima relación, pero de diversas características litológicas. Se presentan areniscas, lutitas, calizas, volcaniclásticos, derrames de lava esencialmente andesíticos, ocasionalmente con estructuras almohadilladas, esta secuencia tiene un metamorfismo de bajo grado. Se encuentran también rocas ultrabásicas, serpentinas, gabros, etc., que manifiestan una naturaleza ofiolítica, además de esquistos y gneis fuertemente milonitizados. La secuencia se comporta como una verdadera melange.
La edad asignada al terreno va del Jurásico Superior al Cretácico Inferior-Valanginiano (Charleston, 1980; Carfantan, 1983). Debido al estilo estructural del terreno el cual queda incluido en el cinturón de pliegues y cabalgaduras de México. Las relaciones estratigráficas de éste son difíciles de observar; sin embargo se ha establecido que una secuencia de calizas del Aptiano-Cenomaniano cubre a la secuencia del arco (Carfantan, 1983). El Terreno Juárez sobreyace al Terreno Maya por medio de cabalgaduras, al quedar involucrados ambos en el cinturón de pliegues y cabalgaduras formado por la fase Laramídica.
Terreno Maya.- Se ha considerado como Terreno Maya, al sur de México, a las regiones comprendidas por la Plataforma de Yucatán, la Sierra de Chiapas y la Región Costera del Golfo. A pesar de que todo este terreno parece tener una historia común muy estrecharnente ligada a la apertura del Golfo de México, las regiones entre sí presentan algunas diferencias, mismas que sin embargo pueden ser explicadas a través de cambios de facies como producto de la paleogeografía de algunos elementos existentes en el propio terreno (ejemplo, la Plataforma de Yucatán).
Para nuestro objetivo de trabajo se hará la descripción del Terreno Maya utilizando únicamente un sector de éte, el cual llamaremos, aquí, el Sector de Córdoba.
La estratigrafía del Terreno Maya en el Sector de Córdoba seconoce con seguridad a partir del Jurasico Superior, las unidades más antiguas solamente se infieren por correlación con áreas aledañas. Se supone que existe un basamento tipo Apalachiano sobre el cual se empieza a desarrollar una secuencia tipo transgresivo, iniciándose con capas rojas continentales en el Jurásico Medio y posteriormente el depósito marino en el Jurásico Superior. El depósito marino se inicia con lutitas y calizas arcillosas y a medida que la transgresión avanza a través del Cretácico, la secuencia es más calcárea hasta formar grandes plataformas durante el Albiano-Cenomaniano y aún durante el Cretacico Superior. La fauna que se reporta para toda esta secuencia transgresiva del Jurásico Superior-Cretácico Medio-Superior, es típica del Tehys, se atribuye su presencia a la apertura del Atlántico y del Golfo de México.
El estilo estructural característico del Sector de Córdoba, es el de cabalgaduras con empuje al oriente, y forma parte del cinturón de pliegues y cabalgaduras de México atribuídas a la deformación Laramídica.
b) Interpretación de la información.
Para analizar el aspecto estratlgráfico y la evolución de los terrenos, nos referiremos a dos niveles (ver Fiq. 2): un primer nivel del Cretácico Inferior (Barremiano-Cenomaniano) que es co mún a los Terrenos Mixteco, Oaxaca, Julrez y Maya, y que por lo tanto se le debe considerar ya como un terreno superpuesto. El otro nivel pre-Cretácico Inferior está dado por la individualidad de cada uno de los terrenos, por lo tanto poseen su propia estratigrafía.
1) Historia
De los terrenos que se analizan, tres son los que tienen basamento, en uno de ellos se supone (Terreno Maya) y en dos se observa directamente (Terrenos Mixteco y Oaxaca}. La historia pre-pensivánica-pérmica, tanto del Terreno Oaxaca como Mixteco, está ligada al orígen y evolución del Orógeno Apalachiano, en la que queda registrada la apertura y clausura del Oceáno Iapetus durante el Paleozoico (Bird y Dewey, 1970).
El Terreno Oaxaca se constituye como una prueba de la apertura del Iapetus, ya que su basamento grenvilliano cuya posición indiscutiblemente formaba parte de Norte América durante el Precámbrico, para el Ordovícico, éste se constituía ya como un elemento situado en el Continente Meridional de la Gondwana (Whittington y Ruges, 1974).
Mientras que por un lado el Terreno Oaxaca nos ilustra parte de la historia de apertura de dicho Oceáno, el basamento del Terreno Mixteco nos ilustra parte de la historia de su clausura, la presencia de los cuerpos ofiolíticos en el complejo metamórfico Acatlán nos indica tal situación. La clausura del Oceáno por la colisión y reunificación de los continentes se llevó a cabo durante el Devónico (Bird y Dewey, 1970).
2) Pensilvánico-Pérmico.
Este nivel lo·encontramos tanto, en el Terreno Mixteco como en el Terreno Oaxaca, lo que nos haría pensar inmediatamente en que ambos terrenos se encuentran ya amalgamados y comparten por lo tanto una historia común. De lo anterior se infiere que ambos terrenos por lo tanto, debieron entrar en contacto durante el Devónico como una consecuencia de la clausura del Iapetus (Urrutia, 1984)
El contacto entre el Terreno Oaxaca y el Terreno Mixteco lo constituye una zona de milonitas, la cual ha sido interpretada como una zona de repetidos movimientos desde el Paleozoico (Ortega, 1978).
El dar por sentada dicha hipótesis sin embargo, nos conduce a establecer una historia más complicada para tratar de explicar la presencia del Jurásico Medio únicamente en el Terreno Mixteco. Esta historia implica que ambos terrenos se unieron antes del Pérmico y durante este periodo compartieron una historia común y posteriormente se separaron de tal forma que durante el Jurásico evolucionaron de manera independiente para volverse a unir finalmente antes del Cretácico Inferior.
Otra posible hipótesis podría ser que: a pesar de que los depósitos del Pensilvánico-Pérmico que cubren a los dos terrenos, representen un mismo evento, éstos puedan pertenecer o bien a provincias paleogeográficas distintas o a que ambos terrenos se encontraran geográficamente separados y por lo tarito durante el post-Jurásico Medio mantuvieran una relación independiente, de tal manera que el contacto entre los dos terrenos se produjo en el post-Jurásico Superior-pre-Cretácico Inferior.
3) Jurásico Medio-Superior
Tradicionalmente la historia de la evolución del Golfo de México, principalmente durante el Triásico-Jurásico, ha sido correlacionada a otras regiones del país, corno es el caso de la Mixteca, específicamente en Tlaxiaco y Huamuxtitlán. Dicha correlaciónsin embargo, genera por sí misma otro tipo de problemas. Cook y Bally (1975), proponen para el Jurásico Medio, un modelo paleogeográfico estático y uniforme para todo México. En dicho modelo se tiene que mientras en el oriente de México, las facies continentales y evaporíticas se están depositando, debido a la apertura del Golfo, sobre el Terreno Mixteco situado actualmente al occidente ya existen facies marinas.
La existencia de facies marinas del Jurásico Medio en el suroccidente de México, condujó a Cook y Bally, a pensar según su modelo en la existencia de una conexión entre el Tethys occidental y el Pacífico oriental, además de la existencia de una bahía que comunicara el Pacífico con la región de la Mixteca.
La otra posibilidad y con la cual estamos de acuerdo, es la de que el Terreno Mixteco no tiene nada que ver ni con el origen ni con la paleogeografía del Golfo, y con toda seguridad dicho terreno no se encontraba en la posición que actualmente tiene.
4) Cretácico Inferior-Medio
Corno ya mencionamos anteriormente, el nivel del Cretácico Inferior-Medio sobreyace a los Terrenos Maya, Juárez, Oaxaca y Mixteco, por lo tanto debemos considerarlo como un terreno superpuesto, con el cual culmina la individualidad de cada uno de los terrenos, lo que implica su acreción pre-cretácica inferior.
Con respecto al tiempo de acreción debemos analizar dos contactos que no son del todo claros: a) Contacto entre Terreno Oaxaca-Terreno Juárez y b) Contacto entre Terreno Juárez-Terreno Maya
La relación cabalgante que observamos actualmente del Terreno Juárez sobre el Terreno Maya es producto de la Fase Laramídica, en la cual ya participa el Nivel Cretácico Inferior-post-acrecionario. Por tal motivo la pregunta persiste en cuanto a la relación que guardan los dos terrenos antes del Aptiano, horizonte que sobreyace a ambos. Pudiera ser que el Terreno Juárez se tratara de un arco autóctono, no hay que olvidar que en la región de Fortín-Zongolica, ya dentro del Terreno Maya, se presentan unidades del Berriasiano-Valanginiano con tobas volcánicas (Carrasco, 1975). Pero pudiera ser también que el Terreno Juárez fuera alóctono y por lo tanto, la naturaleza del contacto fuera tectónico. Hasta el momento carecemos de datos concluyentes para adoptar alguna hipótesis al respecto, sin embargo lo que sí es seguro, es la presencia del nivel Aptiano-Cenomaniano en los dos terrenos.
El contacto entre el Terreno Juárez y el Terreno Oaxaca queda enmascarado por capas rojas que rellenan el Valle de Tehuacán, originado por un sistema de fallas normales de origen neotectónico.
De acuerdo a las caracteristicas internas del Terreno Juárez, semejante a una melange y a la presencia de bloques de rocas ofiolíticas, nos hace pensar en una zona de sutura, la cual, de acuerdo con los datos paleontológicos del Terreno Juárez (Carfantan, 1983), ésta pudo haber culminado en el Hauteriviano con la acreción en el occidente del Terreno Oaxaca y Mixteco.
Posteriormente a la acreción Hauteriviana, sobre los Terrenos Mixteco y Oaxaca, se empiezan a desarrollar a fines del Barrerniano (Sosa y Monroy, 1984; Abad T.1975), las primeras facies continentales y mixtas que nos anuncian la completa transgresión proveniente del Golfo que cubre por completo a todos los terrenos durante el Albiano-Cenomaniano, formando plataformas.
Algunas plataformas se continúan hasta el Cretácico Superior, donde finalmente terminan y la sedimentación pasa a ser de terrígenos (flyshes), como una primicia de la deformación Laramídica, que se efectuaría a fines del Cretácico Superior y Cenozoico Inferior.
Durante este último evento, se efectuó el emplazamiento del Terreno Teloloapan sobre el Terreno Mixteco (Campa et al., 1976), por medio de una serie de cabalgaduras en forma de escamas (Campa y Ramírez, 1979).
El cinturón de pliegues y cabalgaduras de que se formó a causa de la Fase Laramídica, sufre una bifurcación (Campa,1984), actualmente sepultada por el Eje Neovolcánico Transmexicano y de la cual aún podemos observar parte en las estructuras de la Sierra de Tentzo.
Un sector de la bifurcación, que es el principal y más espectacular, se sitúa al nororiente y norte del bloque formado por los Terrenos Mixteco y Oaxaca, con una orientación general noroeste -sureste y que se distribuye desde la región meridional del Eje Neovolcánico al norte, donde queda sepultado y al sur se prolonga a la Sierra de Chiapas.
El otro sector con una orientación general norte-sur, incluye parte de la Plataforma Morelos-Guerrero de la porción occidental del bloque Mixteco-Oaxaca.
Esta bifurcación del cinturón de pliegues y cabalgadurasde México y que circunda casi por completo al bloque Mixteco-Oaxaca, puede ser una prueba más de la presencia de ambos terrenos antes de que la Fase Laramídica se produjera. La Fase Laramídica acrecionó otros terrenos al occidente del Terreno Mixteco y Oaxaca, corno es el caso del Terreno Teloloapan, que cabalga al Terreno Mixteco.
Figura 2. En el diagrama se muestran los intervalos en que cada terreno tiene su historia individual (líneas verticales) y los momentos en que los terrenos son amalgamados o acrecionados para compartir una historia común (líneas horizontales).
Conclusiones
El poder reconstruir la evolución geológica de cualquier región con la mayor exactitud posible, requiere de una cantidad y calidad de datos enorme. Las soluciones a la gran cantidad de problemas que quedan abiertos en cualquier interpretación, tienen que ser resueltos indiscutiblemente de manera colectiva, con la participación directa e integral de geólogos, geofísicos y paleontológos.
La historia de la acreción de los terrenos Mixteco y Oaxaca se plantea como una hipótesis de trabajo, en la medida que se acumule mayor información, con seguridad muchas cosas se rectificarán, mientras tanto la discusión queda abierta.
La Ingeniería y la ética profesional
http://dx.doi.org/10.18268/BSGM1984v45n1a10
José Carrillo Bravo*
*Presidente de la Sociedad Geológica Mexicana.
La ingeniería es la piedra angular del desarrollo de los pueblos y en cualquiera que sea la forma que asuma su desempeño, es una profesión eminentemente creativa y que pone al servicio del hombre los materiales y fuerzas que la naturaleza le binda para satisfacer, con la máxima eficacia, sus necesidades de alimentación, salud, educación, esparcimiento y bienestar general.
Los campos de acción de esta disciplina se han multiplicado al mismo ritmo que la tecnología y han crecido conforme se incrementan los requerimientos de la humanidad; en esta evolución la ingeniería ha participado y participa activamente en todos los pocesos de producción de bienes y servicios con el fin principal de lograr una distribución equitativa de la riqueza y la mayor justicia social. La ingeniería también participa en la educación, formando cuadros de maestros, actualizando programas docentes y poniendo a la disposición de las nuevas generaciones las tecnologías modernas.
El ingeniero realiza sus actividades dentro de un marco de Ética Profesional por lo cual es necesario recordar la definición de Ética y comentar los conceptos básicos de lo que es el trabajo profesional.
La Ética es una ciencia práctica y normativa que estudia racionalmente la maldad y la bondad de los actos humanos, da normas para la vida, orienta la conducta práctica, dirige, encauza las decisiones libres del hombre; enr esurnen es rectora de la conducta humana para ejecutar actos buenos acordes con la razón.
La profesión es la actividad personal puesta de una manera estable y honrada al servicio de la sociedad y en beneficio propio a impulsos de la vocación y con la diqnidad que corresponde a la persona.
La finalidad del trabajo profesional es el bien común; un profesionista debe ofrecer una preparación especial en el sentido de capacidad intelectual, moral y y física.
La capacidad intelectual consiste en el cúmulo de conocimientos que dentro de su rama lo hacen apto para desarrollar trabajos especializados, de esto se deduce la responsabilidad que tiene el profesionista en el ejercicio de su actividad y la obligación que adquiere de estar al tanto de los avances científicos de su especialidad.
La capacidad moral es el valor del profesionista como persona, lo cual le da dignidad, seriedad y nobleza a su trabajo. Abarca no sólo la honestidad y el trato en los negocios, sirve también en el cumplimiento de lo pactado. La capacidad moral es la aptitud del profesionista para abarcar y traspasar su esfera profesional en un horizonte de gran amplitud.
Su capacidad moral le da mayor relieve a su propio trabajo; pero además, lo hace valer no sólo corno profesional, sino corno persona en su ambiente laboral.
La capacidad física se refiere a la salud, la cual es necesaria cultivar para la vida humana.
El ingeniero mexicano está consciente del puesto que le corresponde en el desarrollo del bienestar social de nuestro país y como tal, sus acciones deberán estar norrnadas por la moralidad. En este aspecto, las normas de derecho y no de hecho han permitido establecer reglas generales de conducta en relación con la actitud profesional y algunas sociedades de ingenieros cuenta con un código de ética que no sólo sirve de guía para la evaluación de la moralidad de los actos sino que también, mediante el mismo, la profesión declara su intención de cumplir con la sociedad, de servir con lealtad y diligencia y de respetar la dignidad que la misma profesión merece.
En tales códigos, entre otras normas, se exige que los ingenieros realicen un verdadero trabajo profesional, ajustándose a las normas de calidad, se reglamentan las relaciones de trabajo con quien ha patrocinado los servicios, se reconoce la necesidad de guardar el secreto profesional, se prohibe realizar tareas que no cumplan con la moral, se recomienda dar crédito profesional a los compañeros de gremio y se prohibe dañar la imagen de los asociados.
Las normas éticas, antes mencionadas, se consideran suficientes para regir la conducta profesional de nuestros gremios; sin embarqo, mediante esta ponencia se propone que el ingeniero observe, además, la siguiente conducta moral, la cual estará de acuerdo con la grave situación por la que atraviesa nuestro país servirá de ejemplo a la comunidad.
A. El ingeniero combatirá la simulación, el engaño y la demagogia.
B. La conducta de nuestro gremio siempre estará por encima de cualquier interés particular.
C. El ingeniero deberá fomentar la asociación de los miembros de su especialidad, ya que la solidaridad as uno de los medios más eficaces para incrementar la calidad intelectual y moral de los asociados.
D. El ingeniero combatirá la ineficacia ya que ésta es una forma de corrupción.
- E. El ingeniero mexicano evitará el derroche, ya que éste es un defecto en el exceso de proporcionar cosas cuyo valor generalmente no se aprecia por quien lo recibe. También evitará la avaricia.
- F. El ingeniero no deberá sobrevalorar su personalidad.
- G. Nuestro gremio debe asumir como compromiso ante la patria, que todos sus actos serán regidos por la justicia y la honestidad.
Por lo expuesto se puede juzgar que nuestra profesión debe autoimponerse un estricto código de ética cuyo cumplimiento sea motivo de particular vigilancia por parte de UMAI, que agrupa a casi todas las ramas de la ingenieria mexicana.
La Sociedad Geológica Mexicana que me honro en presidir, se adhiere al proyecto del "CÓDIGO DE ÉTICA PROFESIONAL DEL INGENIERO MEXICANO", propuesto por la Asociación Mexicana de Ingeniería en Comunicaciones Elécticas y Electrónicas, el cual se basa en las siguientes premisas:
- Que el ingeniero de nuestro país puede practicar la profesión gracias a la oportunidad que le brindó el pueblo mexicano.
- Que los mejores preparados tienen un mayor compromiso para coadyuvar a satisfacer las necesidades y elevar la calidad de vida de los mexicanos, con la convicción y responsabilidad moral de sostener un desarrollo con justicia social.
- Que es necesario pugnar porque la actividad profesional del ingeniero se rija de acuerdo con un código de ética que resuma el conocimiento de los altos valores sociales, que haga posible el respeto de cada profesional para con los demás, en busca de una justa y feliz convivencia humana dentro de cada nación y entre las naciones.
- Que ello implica la solidaridad internacional y el respeto a los valores morales de otros pueblos en particular, donde se amplíe su preparación o eventualmente ejerza la profesión.
- Que los diversos códigos de ética profesional de los colegios y asociaciones de ingenieros confluyen en una misma concepción.
El código que se apruebe deberá estar sujeto a revisión permanente y su contenido se difundirá en forma dentro y fuera del ámbito profesional, principalmente en Universidades y Escuelas Superiores donde se imparta la carrera de ingeniero.
Finalmente se considera conveniente enunciar los siguientes conceptos:
El ingeniero haciendo uso de su libertad y de su autonomía debe forjar su propio valor como persona y nunca encerrarse en los límites estrechos del egoísmo y de los valores materiales ya que esto equivale a mutilar la capacidad que tiene el ser humano de lanzarse a la conquista de los grandes valores.
Lo importante es tener un ideal valioso, noble, elevado y acudir en pos de él, vivir en función de él. La recta razón y la prudencia escogerán el camino adecuado para conseguirlo. Tal es el valor de nuestra existencia.
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Los límites tectónicos sur y occidental del Terreno Mixteco
http://dx.doi.org/10.18268/BSGM1984v45n1a7
Juan Carlos Salinas Prieto
Universidad Autónoma de Guerrero, México
Se discute los limites occidental, sur y suroccidental del Terreno Mixteco, así como la dirección de los principales esfuerzos que actuaron sobre su cubierta sedimentaria en las regiones de la Montaña y Costa Chica en el Estado de Guerrero.
El Terreno Mixteco consta de un basamento constituido por rocas del Complejo Acatlán y una cubierta sedimentaria dividida en dos partes, una del Paleozoico Superior, Formación Olinalá, y otra del Jurásico Medio. A este terreno lo cubre un terreno superpuesto de edad cretácica, constituido por capas que pasan transicionalmente a calizas sobre las que descansa una secuencia flysch.
No se tiene la certeza de que el Terreno Mixteco se prolongue por debajo de la cubierta cretácica más al occidente, de ser así, limitaría con el Terreno Ixtapan-Teloloapan. donde este último cabalga a las calizas de plataforma de H a E. Sin embargo en este trabajo se analizará el límite poniente del Terreno Mixteco que es tectonico. Metasedimentos del Complejo Acatlán del Paleozoico Inferior sobreyacen a capas rojas y calizas cretácicas por medio de una cabalgadura compleja de dirección NE-SW e inclinación al E afectada por fallas de movimiento lateral.
El límite sur del Terreno Mixteco está en contacto con el Terreno Xolapa, donde la posición tectónica del Terreno Mixteco es clara através de una zona milonitizada de dirección general WNW-ESE inclinada al N. En la mayoría de los casos el contacto es enmascarado por intrusiones graníticas terciarias.
El extremo suroccidental, presenta una problemática compleja que hasta hoy no ha sido lo suficientemente estudiada, sin embargo se han hecho algunas observaciones que indican la presencia de cabalgaduras con inclinaciones al N y NW. En el área actuaron una serie de esfuerzos compresivos en sentido E-W y N-S que corresponden a la fase laramidica de deformación, correspondiendo a su etapa temprana y tardía respectivamente. Existe la posibilidad de que parte de estos esfuerzos se deban a la acreción del Terreno Xolapa al continente en la misma época.
La historia geológica de los dos Terrenos es absolutamente diferente, ambos forman parte del mosaico de Terrenos Alóctonos del occidente de México y Norteamérica.
Introducción
El Terreno Mixteco (Campa, 1982) se encuentra localizado en porciones del sur de los Estados de Morelos y Puebla, occidente de Oaxaca y oriente de Guerrero. Está compuesto por un basamento del Paleozoico Inferior, constituido por rocas matasedimentarias cabalgadas por metavolcánicas estudiadas en Acatlán Pue. y denominadas Complejo Acatlán (Ortega, 1978). Su cubierta sedimentaria puede dividirse en dos porciones: una del Paleozoico Superior localizada en las inmediaciones de Mixtepec, Oax. y Olinalá, Gro. consistente de sedimentos terrígenos y carbonatados del Pérmico, formaci6n Olinalá (Flores y Buitrón 1982), y la otra del Mesozoico que son principalmente sedimentos terrígenos y algunos desarrollos calcáreos que afloran en la región de Mixtepec y Tlaxiaco, Oax., conocidos como grupo Consuelo y Calizas con Cidaris (Burkhardt, 1927, Guzmán, 1950), ya en el Estado de Guerrero afloran areniscas y conglomerados del Grupo Tecocoyunca (Erben, 1956). Todas estas unidades han sido fechadas con amonitas y plantas (Alencaster, 1963, 1965; Burkhardt, 1927; Silva, 1969, 1970) del Jurásico Medio y Superior, la relación entre estos terrígenos es aún incierta. Los sedimentos jurásicos descritos anteriormente no son correlacionables con ninguna unidad de esa edad en la República Mexicana. Al Terreno Mixteco lo cubren capas rojas del Cretácico Inferior, Formación Zicapa (De Cserna, 1980) que pasan transicionalmente a calizas del Golfo de Huamuxtitlán-Tlaxiaco y la Plataforma Guerrero-Morelos del Albiano, Formación Morelos, sobre ellas descansan sedimentos tipo flysch del Senoniano, Formación Mezcala (Fries, 1960) (Figura 1).
Los límites del Terreno Mixteco son: al norte subyace a derrames piroclásticos y coladas de lava de composición basaltica y andesítica del Plio-cuaternario pertenecientes al Eje Neovolcánico Transmexicano; al oriente, por medio de una falla, con depósitos terrígenos paleozoicos sobre un basamento cristalino de el Grenvilliano del Terreno Oaxaca, y al sur con un complejo metamórfico-plutónico de gneiss, migmatitas y metagranitos que varían en edad del Jurásico al Terciario, sin que hasta la fecha se haya establecido convincentemente su edad, denominado Terreno Xolapa.
No se tiene la certeza de que el Terreno Mixteco se prolongue por debajo de su cubierta sedimentaria superpuesta cretácica, hacia el occidente, si fuera así, su limite occidental sería tectónico contra la secuencia volcánico-sedimentaria metamorfizada del Titoniano-Albiano Inferior, donde este último cabalga a las calizas de la plataforma de occidente a oriente cerca de Chilacachapa, Gro. (Campa, 1976), sin embargo aquí consideramos el límite occidental aflorante del Terreno, el cual se encuentra localizado, de manera general, desde la ciudad de Puebla, en la sierra de El Tentzo, hasta el noroeste de Chilapa en el Estado de Guerrero, Sierra de Sn. Juan (Figura 2).
Figura 1. Columna estratigráfica comparativa.
Figura 2.
Limite occidental
En la cuenca del alto río Balsas, en la reglan cercana a Chiltepec, el Complejo Acatlán, compuesto por filitas y metareniscas intensamente deformadas, se encuentran cabalgando sobre areniscas y conglomerados rojos de la formación Zicapa (Figura 3). Algunos kilómetros al sur también sobre el curso del río Balsas, cerca de Papalutla, los mismos metasedimentos del Complejo Acatlán cabalgan sobre calizas de plataforma de la formación Morelos (Figura 3), estos dos afloramientos constituyen la llamada Cabalgadura de Papalutla (De Cserna et al., 1980) que tiene una dirección general NE-SW con inclinación de 35° al oriente, se trata de una cabalgadura compleja, afectada por una serie de fallas de desplazamiento lateral y posiblemente por fallas normales.
Figura 3. Secciones esquemáticas
Límite sur
El limite sur, se localiza de manera general, entre Tierra Colorada, Gro. y Astata, Oax. con una dirección NWW-SEE. Al noroeste de Ayutla, es posible observar una sección donde se aprecia el contacto tectónico entre rocas metasedimentarias del Complejo Acatlán y rocas gnéisicas y migmatíticas del Terreno Xolapa, donde el primero se encuentra cabalgando al segundo através de una zona de milonitización en un plano subvertical de dirección WNW-ESE inclinado hacia el norte (Salinas 1982) (Figura 4). En la mayoría de los casos este límite está marcado por la presencia de batolitos graníticos que aprovechando la zona de debilidad del contacto, se emplazaron a lo largo de él (Figura 4) disponiéndose en dirección paralela a la actual costa pacífica, la edad que se les asigna por métodos radiométricos es de 44 a 34 ma (Damon, comunicación personal), que corresponde al Eoceno Tardío -Oligoceno Temprano. Sin embargo, existen edades que sitúan a estas intrusiones en el Cretácico Superior (De Cserna, 1965).
El Terreno Xolapa constituye un complejo metamórfico plutónico de gneisses y mig¡¡latitas sobre el cual descansan pequeños y aislados afloramientos de terrígenos miocénicos (Durham, 1981) y por rocas volcánicas ácidas probablemente de la misma edad y que afloran al norte de Tecoanapa, Gro.
Figura 4. Secciones esquemáticas
Esquina Suroccidental
En base a la cartografía regional que desde hace varios años han estado trabajando geólogos de la Universidad Autónoma de Guerrero, se ha observado que la esquina suroccidental del Terreno es una porción con una problemática compleja. Observaciones hechas recientemente en la zona permiten aportar algunos datos. La esquina referida se localiza al NE y E de Tierra Colorada, Gro. (Figura 2).
Al SE de Colotlipa, desde la cuadrilla El Aguacate hasta el río Azul, en una sección de dirección NW-SE (Figura 5) se observa que filitas del Complejo Acatlán subyacen de manera discordante a areniscas y conglomerados finos posiblemente del Grupo Tecocoyunca y a calizas de la Formación Morelos, a su vez estas filitas cabalgan sobre areniscas gruesas posiblementetambién del Jurásico, las que, también, cabalgan a un conglomerado del Terciario de calizas con miliolidos. Las dos cabalgaduras anteriormente descritas tienen una superficie de falla de aproximadamente 45° de inclinación hacia el NW y una dirección general NE-SW.
Existen en esta zona también una serie de cabalgaduras subhorizontales donde quedaron impresas las estrías que indican la dirección y el sentido del movimiento relativo de los bloques participantes, los datos medidos son de familias de estrías más Jovenes, las que se produjeron con el último movimiento relativo, estos datos se vaciaron en estereogramas que regístraron esfuerzos que actuaron en dirección general N-S con ligeras variantes al NE y NW. Dos puntos son susceptibles de una fácil medición de estrías, el primero se localiza en el cañón de Acahuizotla, donde capas de calizas, de la Formación Morelos, se deslizan sobre rocas volcánicas de la Formación Chapolapa sobre un plano con 20° de inclinación al NW. El otro punto se localiza cerca de Tierra Colorada, en la presa hidroeléctrica La Venta, ahí las calizas de la Formación Morelos, cabalgan a manera de klippes sobre rocas volcánicas cataclásticas, posiblemente de la Formación Papagayo del Terciario que, por acción del movimiento, se metamorfizaron, el contacto es a través de un plano subhorizontal con apenas 12° de inclinación al NE.
los anteriores datos demuestran que los límites aquí analizados del Terreno Mixteco, son, en todos los casos, tectónicos, donde éste cabalga a los elementos con los que limita. Las principales estructuras que se encuentran en la cubierta cretácica, construidas esencialmente en capas de la Formación Morelos y en los sedimentos flysch de la formación Mezcala, tienen orientaciones en sus ejes que varían de N-S en la región Zitlala-Huitziltepec, y de NE-SW en la zona Huitzuco-Papalutla, aunque también se observa que estos ejes tienen desviaciones hacia el NW-SE y E-W, como es el caso de los pliegues recostados que se desvian a la altura del río Balsas en la región de Huixastla. Estructuras rotas son observables en la región de Mitlancingo conformadas en rocas de la cubierta jurásica del Terreno Mixteco, areniscas y conglomerados del Grupo Tecocoyunca, también con ejes NE-SW.
En el área actuaron una serie de esfuerzos compresivos que conformaron las estructuras con orientación de sus ejes N-S y NE-SW (Figura 2), estos esfuerzos actuaron en sentido E-W principalmente; las estructuras pueden observarse tanto en la cubierta sedimentaria jurásica, como en la cubierta superpuesta del cretácico, lo cual implica que fueron deformadas juntas, por lo tanto también puede interpretarse que el Terreno Mixteco se encontraba ya cubierto por las calizas de plataforma cuando el evento se llevó a cabo. Las rocas más jóvenes que se encuentran deformadas en estas estructuras pertenecen al Cretácico Superior- Terciario Inferior, son capas rojas volcaniclásticas ubicadas al norte de Huamuxtitlán, entonces podemos deducir que el evento compresivo deformador de las estructuras es la fase laramidica ya que corresponde exactamente en edad.
Queda por resolver la problemática presentada en la esquina suroccidental del Terreno Mixteco, donde hemos descrito cabalgaduras con vergencia al N y NW, lo que implica un esfuerzo compresivo en sentido general N-S. Suponemos que este movimiento fue posterior debido a que en el cañón de Acahuizotla se observó que familias de estrías están cortadas por una familia más joven que marca una dirección del movimiento relativo de los bloques en sentido NNW-SSE que corresponde a la dirección de la cabalgadura de Ayutla, donde se observa el contacto del Terreno Mixteco con el Terreno Xolapa. Es posible que estos esfuerzos en sentido N-S sean producto de una etapa tardía de la fase laramídica, posterior a los esfuerzos de dirección EW y anterior a la intrusión de los batolitos graníticos. Es posible que también pudieran ser causados por la acreción del Terreno Xolapa al continente durante el Terciario Temprano.
El límite sur corresponde al límite entre los Terrenos Xolapa y Mixteco. el contacto es una cabalgadura con una franja de milonita, o una serie de intusivos graníticos alineados paralelamente a la actual costa pacífica.
La historia geológica de los dos Terrenos es absolutamente diferente, ambos forman parte del mosaico de Terrenos alóctonos del occidente de México (Campa et al., 1983) y Norteamérica (Coney, 1980).
Salinas-fig05.jpg)
Figura 5. Sección esquematica
Geología de la Sierra del Tentzo, Pue., Borde Norte del Terreno Mixteco (1)
http://dx.doi.org/10.18268/BSGM1984v45n1a7
Marcos G. Monroy Fernández, y Alejandro A. Sosa Patrón
Fomento Minero
Resumen
Se describe la columna estratigráfica y se esquematiza el comportamiento estructural de la Sierra del Tentzo. que marca el límite norte de los afloramientos del Complejo Acatlán. El estudio estratigráfico reveló que el basamento de la columna lo constituyen los esquistos y filitas del Complejo Acatlán de edad Paleozoico Temprano, que está cubierto en discordancia angular por una secuencia terrígeno-calcárea denominada Capas Rojas de edad Neocomiano (?)-Aptiano Inferior. Sobreyaciendo concordantemente se presentan calizas de cuenca del Aptiano Superior, calizas arrecifales y post-arrecifales del Cretácico Medio, calizas del Turoniano y el flysch de la Formación Mezcala del Coniaciano-Santoniano. La columna precedente está coronada discordantemente por capas rojas tipo molasa del Grupo Balsas del Eoceno-Oligoceno Inferior, rocas ígneas andesíticas y plagioclacíticas del Mioceno, sedimentos lacustres del Plioceno, y rocas volcánicas y sedimentos aluviales del Cuaternario.
La Sierra del Tentzo se divide estructuralmente en dos sectores, ya que a pesar de que ambos presentan una deformación de estilo laramídica, las vergencias de sus estructuras son diferentes. La dirección de las estructuras en el sector oriental es NW-SE paralelo al sector sur de la Sierra Madre Oriental, y en el sector occidental NE-SW paralelo a la orientación de las estructuras del borde este de la Plataforma Morelos-Guerrero. Se distinguen cuatro pisos estruciurales: a) Piso estructural, Paleozoico, representado por rocas metamórficas deformadas con una foliación incluso plegada, siendo los pliegues inarmónicos anisópacos; b) Piso estructural Neocomiano (?)-Albiano, cuyo plegamiento es de tipo chevrón, asimétrico e isoclinal, pero isópaco; c) Piso estructural Albiano-Turoniano, con bancos arrecifales deformados en pliegues suaves, simétricos y volcados, pero inarmónicos respecto al plegamiento del piso anterior; y d) Piso estructural Coniaciano-Santoniano, con pliegues cerrados e isoclinales, inarmónicos y anisópacos que están intensamente fracturados. Sólo se presentan en la Sierra del Tentzo el nivel estructural inferior y el nivel estructural medio, distinguiéndose cuatro fases de deformación: 1a. Fase del metamorfismo regional del Paleozoico Temprano; 2a. Fase extensiva del Neocomiano; 3a. Fase compresiva, correlacionada a la Orogenia Laramide del Paleoceno y 4a. Fase de fallamiento normal del Mioceno.
La configuración geomorfológica y estructural de la Sierra del Tentzo depende de la disposición del basamento en el tiempo del depósito de la columna sedimentaria mesozoica y del resultado de los esfuerzos laramídicos que afectaron esta porción del Sur de México, donde los accidentes del basamento rigen el marco tectónico. La columna estratigráfica levantada se correlaciona con la descrita por Campa, et. al., (1983) para el Terreno Tectonoestratigráfico Mixteco acrecionado a Norteamérica probablemente durante una edad Laramídica.
Introducción
El objetivo de este trabajo es revisar y describir la estratigrafía local e ilustrar el comportamiento estructural de la Sierra Tentzo, que marca el límite septentrional de los afloramientos del terreno Mixteco. La Sierra del Tentzo se localiza geográficamente en el estado de Puebla entre las coordenadas 18°41' - 18°53' de latitud norte y 98°00' - 98°30' de longitud Oeste y fisiográficamente en la porción nororiental de la Cuenca del Río Balsas en la vertiente sur de la Faja Volcánica Transmexicana. Su acceso es a través de la carretera federal 190 que conduce de la ciudad de puebla a Atlixco e Izúcar de Matamoros, de donde comienza un camino de terracería hacia Santiago Teopantlán y Santo Domingo Huehuetlán, camino que es sensiblemente paralelo a la configuración de la sierra (Figura No. 1).
Figura 1. Localización del área de estudio
Estratigrafía
Para denominar a las distintas unidades litoestratigráficas se utilizan nombres que hacen referencia a su litología y a su correspondiente edad relativa, esto con el propósito de simplificar la nomenclatura formacional del área, ya que litologías similares de la misma edad son referidas por diferentes investigadores con nombres distintos de acuerdo a la localidad en que fueron descritas, y con el propósito de mencionar unidades que han sido inadecuadamente correlacionadas en trabajos previos. También se utilizan nombres formacionales propuestos formalmente por diversos investigadores (Figura 2).
Figura 2. Columna geológica de la Sierra del Tentzo. Los espesores se estimaron gráficamente.
Complejo Acatlán
Distribución
Se localiza sólo en la vertiente sur de la sierra en una disposición sensiblemente E-W, marcando el límite norte de los afloramientos de este compIejo.
Litología
En la Sierra del Tentzo está representado sólo por rocas metasedimentarias en facies de esquistos verdes: esquistos de clorita-sericita y filitas. Los esquistos son de color verde claro y oscuro intemperizando a pardo verdoso, con segregaciones de cuarzo que muestran intenso plegamiento y esquistosidad de crenulación, al microscopio presentan una textura lepidoblástica microplegada constituida por cuarzo, clorita y sericita. Las filitas son de color verde claro intemperizando a verde oscuro y pardo claro rojizo, exhibiendo al microscópio una textura lepidoblástica formada por relictos del tamaño de arena de cuarzo y feldespato encerrados en una matriz de grano fino de cuarzo, clorita, sericita y material carbonoso.
Relaciones estratigráficas
En el sector poniente de la sierra el Complejo Acatlán subyace en discordancia angular a las Capas Rojas del Neocomiano (?)-Aptiano Inferior. Al sur del área está cubierto por el Grupo Balsas.
Relaciones estructurales
En el sector oriental, cabalga a las Capas Rojas del Neocomiano (?)-Aptiano Inferior, mientras que en una pequeña porción, al N de Santiago -Teopantlán, cabalga a las Capas Rojas, a las calizas de cuenca del Aptiano Superior y a las calizas post-arrecifales del Cretácico Medio en una asociación de falla inversa-falla de rumbo.
Edad
Por posición estratigráfica en las localidades de Los Reyes Metzontla-San Luis Atolotitlán, Puebla y La Cañada de Los Arcos, Gro. y por las numerosas dataciones radiométricas realizadas le han asignado una edad Paleozoico Temprano, adoptándose en el área dicha edad únicamente por correlación estratigráfica.
Capas Rojas del Neocomiano (?)-Aptiano Inferior
La revisión de esta unidad se hizo necesaria debido a que se ha correlacionado con la Formación Tecomazuchil y el Grupo Tecocoyunca del Jurásico Medio en su base, y con la Formación Atzompa del Neocomiano en la cima; y en este trabajo no se observó ninguna discordancia que que permita separarlas en varias formaciones, ni se apreciaron las características litológicas y paleontológicas necesarias para correlacionarlas con las unidades jurásicas. Se considera a las Capas Rojas como una secuencia continua que se dividió con fines descriptivos en Unidad "A" y Unidad "B" por sus características litológicas, sin que exista discordancia entre ellas.
Distribución
Los depósitos de esta unidad se localizan a lo largo del borde norte del afloramiento del Complejo Acatlán en una disposición paralela a la sierra.
Litología
Unidad "A": está constituída por un conglomerado basal compuesto de guijarros subredondeados y subangulosos de cuarzo y roca metamórfica derivada del Complejo Acatlán incluídos en una matriz arcillo-limosa de color rojo oscuro, seguido por una secuencia no rítmica de arcosas texturalmente submaduras con estratificación cruzada, limolitas y lutitas, todas de coloración rojiza, y ocasionalmente lentes de caliza arcillosa con fragmentos de moluscos y fauna indeterminable (Figura 3).
Figura 3. Columnas geológicas esquemáticas de la Unidad A de las Capas Rojas.
Unidad "B": De la base a la cima se divide en las siguientes subunidades separadas por capas delgadas de limolitas de color rojo (Figura 4)
-B1.- Arcasas texturalmente submaduras de color verde intemperizando a gris claro, interestratificadas con areniscas, limolitas y lutitas de color rojo de espesor variable.
-B2.- Biomicritas de color gris claro intemperizando a pardo grisáceo con abundantes fragmentos de moluscos y microfauna, entre las que se observó al foraminifero Chofatella decipiens y al alga Salpingoporella sp., ambas de edad Barremiano-Aptiano Inferior.
-B3.- Margas de color gris pardo intemperizando a gris claro y crema con abundante microfauna y algunos clastos terrígenos, en capas de 40 cms.
-B4.- Paquete de areniscas de grano grueso de color verde y rojo, interestratificadas con limolitas verdes, lutitas rojas y margas crema en una secuencia no rítmica de espesor variable.
Figura 4. Columna geológica esquemática de la Unidad B
Relaciones estratigráficas
Sobreyacen en discordancia angular al Complejo Acatlán en el sector occidental de la sierra, y subyacen concordantemente a las calizas de cuenca del Aptiano Superior a lo largo de la vertiente sur de la sierra,
Relaciones estructurales
En el sector oriental de la sierra están cabalgadas por las rocas metamórficas del Complejo Acatlán.
Edad y Ambiente
Por la presencia de Chofatella decipiens y Salpingoporella sp., del Barremiano-Aptiano Inferior se asigna esta edad a la Unidad "B" de las Capas Rojas, mientras que la Unidad "A" se considera de la cima del Neocomiano por su posición estratigráfica concordante con la unidad superior. Estas rocas se asocian al desarrollo de fosas y pilares, iniciando con la sedimentación deltaica y posteriormente terrígena y calizas con abundante microfauna de ambientes de planicies costeras someras.
Calizas de Cuenca del Aptiano Superior
Distribución
Aflora a todo lo largo del flanco sur de la sierra y en dos afloramientos al N y S de San Nicolás Huajuapan.
Litología
Biomicritas de color pardo grisáceo y gris oscuro intemperizando a gris claro en capas de 15 a 30 cms., con abundantes nódulos y bandas de pedernal de color negro, con numerosas testas de foraminíferos de cuenca y Nannoconus.
Relaciones estratigráficas
Ambos contactos, inferior y superior son concordantes, el primero con las Capas Rojas y el segundo con las calizas de plataforma del Cretácico Medio.
Relaciones estructurales
En un segmento corto al N de Santiago Teopantlán está cabalgada por el Complejo Acatlán.
Edad y Ambiente
Por la presencia de foraminíferos planctónicos de facies de cuenca de la zona de mezcla de Nannoconus de M. Trejo (1977) y la zona de Globigerine-lloides de Ornelas, M. (1978) se les asigna una edad Aptiano Superior.
Calizas de Plataforma del Cretácico Medio
Distribución
Dispuestas en la cúspide de la Sierra de Tentzo, del Anticlinal de Teyuca y en un pequeño aflloramiento al N de Santiago Teopantlán.
Litología
Consiste de calizas de plataforma de facies arrecifal y post-arrecifal. La primera con calizas masivas y en estratos gruesos de color gris claro intemperizando a blanco y gris pardo con abundantes rudistas y gasterópodos también se observa la brecha intraformacional con fragmentos de rudista y calizas, todo constituyendo las elevaciones montañosas. Al N de Santiago Teopantlán aparecen capas delgadas de caliza oscura de facies post arrecifal con abundantes miliólidos y otra microfauna.
Relaciones estratigráficas
Descansan concordantemente sobre las calizas de cuenca del Aptiano Superior, y subyacen de la misma manera a las Calizas del Turoniano.
Relaciones estructurales
Al N de Santiago Teopantlán la facies post-arrecifal está cabalgada por el Complejo Acatlán, mientras que en el flanco norte de la Cordillera del Tentzo Ojo la facies arrecifal cabalga al fiysch de la Formación Mezcala.
Edad y Ambiente
La edad asignada es Albiano-Cenomaniano por la presencia de Hedbergellas, Globigerinelloides. Heterohelix y miliólidos. Estas rocas se depositaran durante el desarrollo de la plataforma arrecifal que bordeó al basamento metamórfico en dicha edad.
Calizas del Turoniano
Distribución
Aflora sólo en ambos flancos del Anticlinal de Teyuca.
Litología
Biomicritas en estratos gruesos a masivos de color gris claro intemperizando a gris oscuro con abundantes radiolarios calcificados y foraminíferos.
Relaciones estratigráficas
El contacto inferior y superior son concordahtes con las calizas de plataforma del Cretácico Medio y la Formación Mezcala. respectivamente.
Edad y Ambiente
Por la presencia de los foraminíferos Dicorinella sp., Hedbergella delrioensis, H. Hebbergella sp. y Heterohelix sp., se les da una edad Turaniano. Estas rocas se depositaron en cuencas desarrolladas al N de la plataforma.
Formación Mezcala
Distribución
En ambos flancos del Anticlinal de Teyuca y al NE de la Cordillera del Tentzo Ojo.
Litología
Areniscas y lutitas calcáreas de estratificación delgada, de color gris claro alterándose a gris pardo claro y amarillo ocre, en una secuencia rítmica de tipo flysch.
Relaciones estratigráfica
El contacto inferior es concordante con las calizas del Turoniano, mientras que el superior, con el conglomerado calizo del Grupo Balsas, es por discordancia angular.
Relaciones estructurales
En el flanco norte de la Cordillera del Tentzo Ojo está cabalgada por las calizas de plataforma del Cretácico Medio.
Edad y Ambiente
La edad adoptada para esta unidad es Coniaciano-Santoniano por correlación litoestratigráfica, ya que en la Sierra del Tentzo no se encontró fauna fósil que permitiera datarla. Estos sedimentos se depositaron en aguas profundas en forma de turbiditas.
Grupo Balsas
Distribución
Aflora al S de Santiago Teopantlán y al E de San Cristóbal Tepeojuma.
Litología
En la Sierra del Tentzo está constituido por un conglomerado calizo formado por fragmentos subangulosos a subredondeados de las calizas del Cretácico y por rocas ígneas encerrados por una matriz arcillo-calcárea de color rojo.
Relaciones estratigráficas
Cubre en discordancia angular a todas las formaciones infrayacentes.
Edad
Por posición estratigráfica se ha considerado al Grupo Balsas de edad Eoceno-Oligoceno Inferior. Es un depósito Post-Cretácico tipo molasa.
Rocas ígneas del Mioceno
Distribución
Afloran al N de la Sierra dei Tentzo en una franja de dirección E-W.
Litología
Rocas volcánicas andesíticas de color pardo rojizo con óxidos de hierro y manganeso en la superficie, y tobas plgidacíticas cristalinas (Weyl, R., 1974) de color pardo claro intemperizando a ocre y blanco.
Relaciones estratigráficas
Cubren discordantemente a las unidades cretácicas que constituyen la sierra.
Edad
Von Erffa, A. y Hilger, W. (1976) asignan a estas rocas volcánicas una edad Mioceno-Plioceno diferenciando a estas rocas de las nombradas "Rocas Volcánicas de Barranca Seca".
Sedimentos lacustres de Tlaxcala
Distribución
Están presentes al E de San Cristóbal Tepeojuma, al S de Santo Domingo Huehuetlán, y en la mesa al SE y NE de la Cordillera del Tentzo Ojo.
Litología
Está constituida por material calichoso y tobáceo, yeso, horizontes calcáreos y arcillosos con algunos nódulos de pedernal de color blanco y crema.
Relaciones estratigráficas
Descansan sobre el Grupo Balsas, y están cubiertas por los sedimentos aluviales y rocas volcánicas del Cuaternario.
Edad
Por posición estratigráfica, Von Erffa y Hilger (op. cit.) suponen una edad pliocénica ya que no se encontraron fósiles con los cuales se asigne una edad.
Cuaternario
Este sistema está representado por pequeños conos y derrames volcánicos correlacionados al Grupo Chichinautzin, así como por sedimentos aluviales, lacustres y de piamonte.
Geología estructural y tectónica
Para enmarcar el comportamiento estructural de la Sierra del Tentzo se describirán las características principales de los elementos que constituyen la deformación continua y la deformación discontínua analizando posteriormente los pisos y niveles estructurales presentes y las fases de deformación que la afectaron.
Como se aprecia en la carta geológica-estructural de la sierra (Figura 5), anticlinales, sinclinales recumbentes y un anticlinorio constituyen la deformación continua, mientras que las cabalgaduras, fallas de rumbo y fallas normales la discontinúa.
Figura 5. Carta geológica estructural de la Sierra del Tentzo, Pue.
En esta carta se observa como la sierra se divide estructuralmente en dos sectores, occidental y oriental, limitados en su porción central por un sistema de fallas de rumbo de dirección NE-SW, a partir del cual cada sector presenta rasgos estructurales propios cambiando aquí la dirección de la sierra.
1. Deformación continua
En el sectór occidental (Cordillera Cumbre de Tecopile) se presentan como estructuras mayores anticlinales y sinclinales, simétricos e isópacos. con una dirección axial sensiblemente NE-SW. El Anticlinal de Teyuca es una estructura simétrica donde los bancos arrecifales del Cretácico Medio constituyen su núcleo y en ambos limbos afloran, concordantemente, las calizas del Turoniano y el flysch de la Formación Mezcala. El Anticlinorio de San Diego, que se interrumpe del anterior por una falla normal, está constituido por las calizas arrecifales del Cretácico Medio en una serie de anticlinales y sinclinales, simétricos e isópacos; su continuación corresponde al Anticlinal y Sinclinal de San Bartolo; estructuras similares que constituyen la cúspide de la Cordillera Cumbre de Tecopile (Figura 6.a), En el flanco sur del Sinclinal de San Bartola afloran en desarmonía estructural pero concordantemente las calizas de cuenca del Aptiano Superior y las Capas Rojas del Neocomiano (?)-Aptiano Inferior, las cuales se deforman en pliegues chevrón, asimétricos y cerrados con la vergencia de su plano axial hacia el SE. El Anticlinal del Naranjo presenta en su núcleo rocas metamórficas del Complejo Acatlán y en su flanco norte las Capas Rojas del Neocomiano (?)-Aptiano Inferior en posición vertical.
El sector oriental se caracteriza porque sus estructuras presentan una dirección axial NW-SE con la vergencia de sus planos axiales hacia el NE. El Anticlinal del Tentzo es un pliegue recostado asociado a la Cabalgadura del Tentzo la cual pone en contacto a las calizas arrecifales del Cretácico Medio que lo constituyen con la Formación Mezcala. Al S en la misma cúspide de la Cordillera del Tentzo Ojo, continúa con el sinclinal del mismo nombre, donde las calizas arrecifales que constituyen su núcleo conforman un pliegue asimétrico-isópaco cuyo limbo meridional presenta capas delgadas de calizas del Aptiano Superior en completa desarmonía estructural, continuando concordantemente con las capas deformadas en pliegues chevrón, asimétricos y cerrados con vergencia hacia el NE (Figura 6.b ).
En la porción central se tiene una estructura denominada Sinclinal Partido, constituído en su núcleo por las calizas de cuenca del Aptiano Superior y ambos flancos por las Capas Rojas, estando recostada hacia el Sur y separada en dos bloques por el desplazamiento provocado por la falla de rumbo Pitahayo.
Figura 6. Secciones geológico-estructurales.
2. Deformación discontinua
Fallas Inversas
En la vertiente sur de la Sierra del Tentzo las rocas metamórficas del Complejo Acatlán cabalgan a las unidades sedimentarias mesozoicas; en general, el desplazamiento es de corta extensión, con vergencia hacia el N, de bajo ángulo, en ocasiones asociado a fallas de rumbo y sin mostrar desnivel topográfico que haga evidente el cabalgamiento.
Sólo en el sector oriental se hace notorio el cabalgamiento del Complejo Acatlán sobre las Capas Rojas, siendo en parte esta relación en forma de "escamas" -Cabalgadura Las Pozas y Cabalgadura El Calvario- ya que se interrumpe en la porción central por las fallas de rumbo Huehuetlán y Pitahayo, a partir de las cuales dentro del sector occidental la relación de contacto entre dichas unidades es normal por discordancia angular.
Al N de Santiago Teopantlán dentro del sector occidental, el Complejo Acatlán cabalga a las Capas Rojas, calizas de cuenca del Aptiano Superior y calizas post-arrecifales del Cretácico Medio -Cabalgaduras Acatitla y El Balero- en una asociación de falla inversa y falla de rumbo donde las capas de caliza y arenisca sólo están aplastadas, mientras que las lutltas y limolitas rojas están intensamente deformadas incluso muestran pizarrosidad.
Un segundo tipo de falla inversa, observado en el flanco norte de la Cordillera del Tentzo Ojo es el cabalgamiento de las calizas arrecifales del Cretácico Medio sobre el flysch de la Formación Mezcala, el cual tiene una vergencia de su plano hacia el NE, está asociado al Anticlinal del Tentzo y se interrumpe al W por la falla de rumbo La Fábrica.
Fallas de rumbo
Una de las características notables de la Sierra del Tentzo es la presencia de un sistema de fallas de rumbo que alcanzan a desplazar a bloques rocosos por varios kilómetros. De este sistema, las que destacan son las de la porción central -Falla La Fábrica, Falla Pitahayo y Falla Huehuetlán- que separan en dos sectores a la sierra. En general, las fallas de rumbo son cercanamente perpendiculares a las demás estructuras, sean fallas inversas, fallas normales, anticlinales y sinclinales, y su dirección es tanto NW-SE, N-S y NE-SW. Las dos primeras direcciones corresponden generalmente a fallas sinistrales y la última a fallas inversas. Algunas de las fallas de rumbo más cortas se asocian a fallas inversas. como sucede con la Ca- balgadura del Tentzo. Afectan a las unidades paleozoicas y mesozoicas, y a los pliegues y cabalgaduras.
Fallas normales
Este otro tipo de formación discontinua comprende estructuras cuyo plano de falla tiene rumbos sensiblemente paralelos a la configuración de la sierra. afectando en algunos casos a las fallas de rumbo y en otros interrumpiendo la continuidad del plegamiento, como es el caso de la Falla Caleras en el sector occidental, y la Falla La Mina en el sector oriental.
3. Pisos Estructurales
Piso Estructural Paleozoico
Representado por los esquistos de clorita-sericita y las filitas del Complejo Acatlán del Paleozoico Temprano que, según Ortega G. F. (1978), son producto del metamorfismo regional de una secuencia eugeosinclinal en facies de esquistos verdes. La deformación es intensa, con su foliación incluso plegada, variando desde pliegues romos, angulosos, encofrados, kinks y kinks conjugados, todos perpendiculares a la foliación principal. En las filitas sólo se aprecian pliegues angulosos inármonicos.
Piso Estructural Neocomiano(?)-Albiano
Incluye a las Capas Rojas del Neocomiano(?)-Aptiano Inferior, calizas delgadas del Aptiano Superior y calizas post-arrecifales del Cretácico Medio. El estilo de plegamiento es del tipo chevrón, asimétrico e isópaco, aunque alcanza a haber isoclinales. En algunos sitios la deformación es tan intensa que existe cierta pizarrosidad en las lutitas y limolitas rojas.
Piso Estructural Albiano-Turoniano
Comprendea las calizas arrecifales del Cretácico Medio y a las calizas del Turoniano que se presentan en estratos gruesos a masivos deformados en pliegues suaves, simétricos y volcados, pero isópacos, algunos asociados a cabalgamiento y otros interrumpidos por fallas normales. Están en desarmonía estructural respecto a las capas delgadas del piso estructural Neocomiano (?)-Albiano.
Piso Estructural Coniaciano-Santoniano
Incluye sólo a las lutitas y areniscas en facies flysch de la Formación Mezcala, deformadas en pliegues inarmónicos, cerrados e isoclinales, anisópacos. que están densamente fallados y fracturados.
4. Nivel estructural
En la Sierra del Tentzo se distinguen al Nivel Estructural Inferior y al Nivel Estructural Medio. El primero caracterizado por la foliación y la esquistosidad que poseen las rocas metamórficas del Complejo Acatlán y por su plegamiento anisópaco. El nivel estructural medio se evidencia por el amplio plegamiento isópaco, sea simétrico, isoclinal o volcado.
5. Fases de deformación
Se distinguen cuatro fases de deformación, descritas a continuación de la más antigua a la más reciente:
1a. Fase Paleozoico Temprano
Fase de metamorfismo regional de edad Paleozoico Temprano evidenciada por la presencia del Complejo Acatlán. Se distinguen, dentro de ésta, mínimo tres fases de deformación bien reconocidas en la Sierra del Tentzo que son: a) la foliación, b) el microplegamiento y la esquistosidad de crenulación, y c) la generación de kinks y kinks conjugados. Ortega G. F. (1981) y de Cserna, Z. (1980) reportan estas mismas fases en la localidad tipo del Complejo Acatlán y en la Cuenca Alta del Río Balsas, respectivamente.
2a. Fase Neocomiano
Fase extensiva interpretada por el depósito de las Capas Rojas del Neocomiano(?)-Aptiano Inferior. Este tipo de sedimentación generalmente se asocia a una tectónica de fallamiento normal generando grabens vinculados a zonas de apertura.
3a. Fase Paleoceno
Corresponde a la fase compresiva que genera la esquistocidad de las rocas metamórficas del Complejo Acatlán, el plegamiento de las unidades paleozoicas y mesozoicas, los cabalgamientos y en una etapa terminal las fallas de rumbo. Esta fase se correlaciona con la Orogenia Laramide del Maestrichtiano-Paleoceno. Los ejes de plegamiento en el sector oriente tienen una dirección NW-SE paralelo a la misma deformación laramídica del sector sur de la Sierra Madre Oriental, y en el sector poniente tienen una dirección axial NE-SW paralela a la deformación laramídica del sector de la Plataforma Morelos-Guerrero.
4a. Fase Mioceno
Se desarrollan las fallas normales paralelas a la tendencia estructural de cada sector, afectando a la secuencia mesozoica y a las estructuras laramídicas. Se asocian con la extrusión de rocas volcánicas. De lo anterior se observa cómo la configuración geomorfológica de la Sierra del Tentzo depende de la disposición del basamento en el tiempo del depósito de la columna sedimentaria mesozoica, mientras que su comportamiento estructural es el resultado de los esfuerzos laramídicos que afectaron esta porción sur de México, donde los accidentes del basamento rigen el marco tectónico. La dirección de los esfuerzos de deformación debió ser Este-Oeste de acuerdo a la disposición de las estructuras presentes.
La columna estratigráfica de la Sierra del Tentzo se correlaciona con la levantada por Campa et al., (1983) para el Terreno Tectonoestratigráfico Mixteco. De ahí que la sierra se incluya como el línite norte de este terreno tectono-estratigráfico que se acrecionó a Norteamérica durante el Mesozoico Superior-Terciario Inferior.
Conclusiones
Por la presencia en la unidad superior de las Capas Rojas de Chofatella decipiens y Salpingoporella sp. del Barremiano-Aptiano Inferior y por la ausencia de alguna discordancia entre la unidad inferior y la superior se asigna a tales Capas Rojas una edad Neocomiano (?)-Aptiano Inferior correlaciomable a la Formación Zicapa que aflora también en el borde externo del Complejo Acatlán en el área de Zicapa-Huamuxtitlán, Gro.
Las Capas Rojas de edad Cretácico Inferior sólo afloran en el borde externo (occidental y septentrional) del Complejo Acatlán, mientras que las de edad Jurásico Medio sólo afioran en el borde interno del Complejo, por los estilos de deformación de las unidades litológicas se distinguen en la sierra del Tentzo cuatro pisos estructurales: 1) Piso Estructural Paleozoico, 2) Piso Estructural Neocomiano(?)-Albiano, 3) Piso estructural Albiano-Turoniano, 4) Piso estructural Coniaciano-Santoniano.
Son cuatro las fases de deformación que afectaron a las rocas aflorantes de la Sierra del Tentzo lo cual hace que su evolución geológica sea correlacionable al de áreas de los Estados de Guerrero y Morelos, como es el caso de Huamuxtitlán, Gro.
La configuración geomorfológica y estructural de la Sierra del Tentzo depende de la disposición del basamento en el momento del depósito de la columna sedimentaria mesozoica, y del resultado de los esfuerzos laramídicos que la afectaron, donde los accidentes del basamento rigen el marco tect{onico.
La sierra del Tentzo corresponde al límite septentrional del Terreno Mixteco acrecionado al Continente de Norteamérica probablemente en el Paleoceno.
Características estratigráficas y estructurales del límite de los terrenos Mixteco y Oaxaca. en la region de los Reyes Metzontla. Pue.
http://dx.doi.org/10.18268/BSGM1984v45n1a3
María Guadalupe González Hervert, Patricia Rosario González Martínez, Judith Alejandra Garza Martínez, Roberto Rojas, Lino Rosendo Miranda Peralta**, Minerva Arredondo Delgadillo***
**Becario de la Subdirección de Tecnología de Exploración del Instituto Mexicano del Petróleo
***Gerencia de Exploración de la Zona Sureste de Petróleos Mexicanos
Los estudios en el área situada al sur y suroeste de Tehuacán, Pue., se enfocan principalmente a precisar el contacto tectónico entre los complejos Oaxaqueño y Acatlán (F. Ortega, 1981) y determinar la columna sedimentaria que les sobreyace con la finalidad de establecer y/o confirmar el límite de los terrenos Mixteco y Oaxaca, el cual pasa precisamente en el área de estudio según trabajos anteriores realizados en el sur de México (M.F. Campa et al., 1980; M. F. Campa y P.J. Coney, 1983; P.J. Coney et al., 1984).
Los trabajos de campo confirman que efectivamente las rocas del Complejo Oaxaqueño de edad Precámbrico y las del Complejo Acatlán de edad Paleozoico Inferior, se ponen en contacto tectónico, existiendo una zona de milonitas de orientación irregular en las rocas precámbricas y una zona de micropliegues y fracturas en las paleozoicas.
Con el análisis de la estratigrafía, así como de la cartogragrafía de áreas contiguas (Olinalá-Huamuxtitlán, Gro., y Nochixtlán-San Pedro Cántaros, Oax. entre otras), junto con nuestra área de estudio, se deduce que cada uno de los complejos está sobreyacido por una secuencia sedimentaria propia que nos indica que tuvieron una historia geológica independiente una de otra y que hoy se encuentran unidos por fenómenos tectónicos.
Así, en la región, la Formación Matzitzi del paleozoico Superior con seguridad sobreyace en discordancia al Complejo Oaxaqueño exclusivamente. Mientras que los conglomerados rojos y verdes de posible edad cretácica y la Formación Zapotitlán se encuentran encima de ambos complejos y se les considera conjuntos de traslape.
Introducción
El área estudiada se localiza al sur-suroeste de la Ciudad de Tehuacán, Pue., dentro de las coordenadas 97°23' - 97°32' de longitud oeste y 18°09' -18°16' de latitud norte, comprende 188 km2 y se encuentra entre los poblados Los Reyes Metzontla, San Francisco Xochiltepec, Caltepec y Santiago Coatepec (Figura 1).
Los objetivos del estudio se enfocaron principalmente a precisar el contacto entre los Complejos Oaxaca y Acatlán y determinar la columna sedimentaria que les sobreyáce, con la finalidad de establecer el límite de los terrenos Mixteco y Oaxaca.
Sin embargo, un problema importante lo constituye la edad cretácica de los conglomerados rojos y verdes, que hasta antes del presente trabajo se han considerado de edad Triásico pertenecientes a la Formación Huizachal, por lo que se describe esta unidad con mayor amplitud.
Antecedentes
Recientemente, S. Hernández (1980) consideró que el basamento de la región, al suroeste de Tehuacán, Pue., lo constituían únicamente las rocas metamórficas de los Esquistos Acatlán de edad Paleozoico Inferior.
Es F. Ortega G. (1978b) quien encontró una franja de milonitas que ponen en contacto tectónico a los Complejos Oaxaqueño del Precámbrico y Acatlán del Paleozoico Inferior, al sur de Caltepec, Pue.
La posición de las Formaciones Matzitzi y Lechos Rojos, según A. Calderón (1956), las reporta al este y oeste respectivamente como un cambio de facies, aunque para aquel tiempo se consideraba la Formación Matzitzi de edad Jurásico.
Posteriormente, a estos Lechos Rojos se les consideró de edad Triásico pertenecientes a la Formación Huizachal (Hernández E.S., 1980) y fueron los ingenieros C. Pacheco y J.T. Castro (en comunicación personal, 1983) los que encontraron clastos de caliza en el Arroyo Agua del Burro, cerca de Los Reyes Metzontla, de posible edad cretácica.
Basamento cristalino
Los trabajos de campo confirman que efectivamente las rocas del Complejo Oaxaqueño de edad Precámbrico (C. Fries et al., 1962) y las del Complejo Acatlán del Paleozoico Inferior (F. Ortega, 1978) están en contacto tectónico.
Sobre el Arroyo Agua del Burro (en Los Reyes Metzontla, Figura 2), en el Arroyo Caltepec (Figura 3) y al oeste de Caltepec se observa este contacto, desarrollándose una zona de milonitas de orientación irregular dentro de las rocas gnéisicas del Complejo Oaxaqueño, mientras que los esquistos del Complejo Acatlán sufren intensa deformación, produciéndose numerosos pliegues y fracturas.
Se distingue en la cartografta (Figura 1) que las rocas del Complejo Oaxaqueño se distribuyen de manera general en la parte oriental del área de estudio y el Complejo Acatlán hacia el occidente.
Considerando la litología, las edades de estos complejos, su relación tectónica y su distribución, es de suponerse que evolucionan de manera independiente uno de otro y que después de un tiempo funcionan corno basamento de las mismas rocas sedimentarias, por lo que es importante determinar si existe una cubierta sedimentaria exclusiva de algún complejo, que se haya depositado antes de la unión de los mismos.
Cubierta paleozoica
Formación Matzitzi.
En el área de estudio, la Formación Matzitzi descansa con seguridad en discordancia sobre el Complejo Oaxaqueño solamente (Figura 2 y Figura 3).
En la parte inferior de la la Formación Matzitzi se tiene un conglomerado basal (al suroeste de Coatepec) color amarillo ocre, con clastos de gneis y arenisca desde 2 a 5 cms de diámetro, mal clasificado, derivados del Complejo Oaxaqueño.
La ausencia de la Formación Matzitzi sobre el Complejo Acatlán nos indica que hasta el tiempo Pensilvánico (Silva, 1970) los dos complejos se encontraban separados, puesto que la Formación Matzitzi se depositó únicamente sobre el Complejo Oaxaqueño.
Cubierta mesozoica
Unidad de Conglomerados Rojos y Verdes y Formación Zapotitlán.
La unidad de Conglomerados Rojos y Verdes, está formada por dos paquetes:
-Conglomerados Rojos polimícticos de estratificación gruesa, compuestos por fragmentos redondos a subredondos de rocas ígneas metamórficas (gneis y esquistos), areniscas y cuarzo, con clastos de caliza que contienen Textularia sp. que nos indica una posible edad Cretácica, sin especificar el piso (Muestra RC-3 entre Los Reyes Metzontla y Caltepec, Figura 4). La matriz es arcillo-arenosa y el tamaño de los clastos varía entre 5 y 20 cms.
-Conglomerados Verdes de fragmentos más pequeños y de la misma composición que los rojos, intercalados con areniscas conglomeráticas, a veces se observa estratificación gradada. Los estratos son medianos.
El contacto entre los dos paquetes es transicional.
La probable edad cretácica de los clastos de caliza nos hace pensar que los Conglomerados Rojos y Verdes no pertenecen a la Formación Huizachal del Triásico sino que son más jóvenes.
La Formación Zapotitlán de edad Barremiano (Calderón, G. A., 1956) compuesta en el área por una alternancia irregular de conglomerados polimícticos, calizas (micrítas) de intemperismo nodular, en estratos medianos y lutitas-limolitas micacíferas en estratos finos y medianos y por bancos de caliza con abundantes Monopleuras y Nerineas, sobreyace a la Unidad de Conglomerados Rojos y Verdes en forma transicional y concordante observándose siempre éstos, debajo de aquella (Figura 4 y Figura 5).
Por otro lado, las rocas Mesozoicas (Unidad de Conglomerados y Formación Zapotitlán) se encuentran depositadas encima de los dos complejos:
Sobre el Complejo Acatlán descansan directamente en discordancia los conglomerados y la Formación Zapotitlán en La Compañia (entre los poblados Acatepec y Caltepec, Pue.) y al SO de los Reyes Metzontla descansa en discordancia sólo la Formación Zapotitlán sobre el mismo complejo.
Al oriente se encuentra la Formación Matzitzi subyaciendo en discordancia paralela a los lechos rojos en el Arroyo Agua del Burro y en discordancia angular a los mismos conglomerados, al norte y noroeste de San Luis Atolotitlán.
Observándose que en ningún lugar se encontró la cubierta mesozoica directamente sobre el Complejo Oaxaqueño ya que se tiene de por medio la Formación Matzitzi.
Las rocas Mesozoicas nos representan entonces el traslape en la sedimentación, porque las encontramos ampliamente distribuídas encima del Complejo Oaxaqueño y la Formación Matzitzi por un lado, y sobre las rocas del Complejo Acatlán, por el otro.
Asimismo, es posible que la unión entre los dos complejos,se tuvo que haber dado antes del Cretácico, en que se depositaron los Conglomerados Rojos y Verdes, en esta región.
Las rocas sedimentarias y volcánicas terciarias, también se consideran de traslape, sin haberse estudiado en el presente trabajo.
Comparación de los Terrenos Mixteco y Oaxaca en las áreas cercanas al área de estudio
Como ya se mencionó, el Complejo Acatlán se encuentra en general al occidente (las columnas a y b muestran esta distribución) (Figura 6), mientras que el Complejo Oaxaqueño está al oriente (columnas c y d). Ver cartografía.
El contacto tectónico evidenciado entre ambos complejos, indica que el Complejo Acatlán de edad Paleozoico Inferior no se depositó encima del Complejo Oaxaqueño de edad Precámbrico. Así mismo, la Formación Tiñú (de la misma edad del Complejo Acatlán: Paleozoico Inferior), depositada en discordancia sobre el Complejo Oaxaqueño presenta facies costeras, mientras que en el Complejo Acatlán fueron depósitos muy profundos (ofiolitas) que difícilmente representarían un cambio de facies, en caso de que estuviera encima del Complejo Oaxaqueño sólo por discordancia.
Al nivel del Paleozoico Superior se tiene: al occidente, la Formación Olinalá en discordancia sobre el Complejo Acatlán,de facies costeras y arrecifales (columna a), en cambio en el área de estudio, sobreyacen en discordancia al Complejo Oaxaqueño rocas de la Formación Matzitzi que fueron depositadas en ambiente continental (columna c) y más al oriente se tiene, sobreyaciendo a la Formación Tiñú, en discordancia a las rocas del Conjunto Nochixtlán que incluye las Formaciones. Santiaqo (Misisipico), Ixtaltepec (Pensilvánico-Temprano) y Yododeñe (Pensilvánico Tardío- Pérmico Temprano-Medio), su ambiente de depósito es de tipo costero y en ocasiones de tipo arrecifal, evidenciando transgresiones y regresiones marinas con respecto a las rocas precámbricas (columna d).
Al oriente, encima del Conjunto Nochixtlán se observa la ausencia de rocas desde el Pérmico hasta el Jurasico, mientras que al occidente existen depósitos del Jurásico Medio y Superior.
Estas diferencias muestran que cada uno de los dos Complejos (Oaxaqueño y Acatlán) se encuentran sobreyacidos por un paquete sedimentario propio, de lo que se deduce que tuvieron una historia geológica independiente una de otra; además de que tienen diferencias protolíticas, de grado de metamorfismo y fases de deformación (F. Ortega G., 1981), por lo que de acuerdo a la metodología de terrenos estratotectónicos, el Complejo Acatlán al occidente y el Complejo Oaxaqueño al oriente, representan cada uno, con su respectiva cubierta sedimentaria, un terreno estratotectónico; al primero se le ha llamado Terreno Mixteco y al segundo Terreno Oaxaca y son como se representa en las columnas a, b, c, y d de la Figura 6.
Por último, se considera que los Conglomerados Rojos y Verdes, de posible edad cretácica en el área, son las primeras rocas que se depositarón en ambos terrenos y constituyen el primer conjunto de traslape.
Los terrenos mencionados no tienen ninguna semejanza con las secuencias de otros terrenos de la República, ni con el de la Sierra Madre, ni con los terrenos del sur de México, por lo que es posible que los Terrenos Oaxaca y Mixteco sean verdaderamente alócnos y que fueron acrecionados al margen americano durante un evento tectónico, deduciéndose que hasta el Jurásico Superior evolucionaron de una manera distinta, amalgamándose posiblemente antes del Cretácico Inferior, pues para este tiempo se depositaron sobre los dos: capas rojas, evaporitas y sedimentos costeros terrígeno-calcáreos, principalmente en sus periferias, indicando unión paleogeográfica.
Figura 1. Carta de Conjuntos Tectónicos del área Los Reyes Metzontla-Santiago Coatepec, Pue. donde se ve el límite de los Terrenos Estratotectónicos Mixteco y Oaxaca. En esta área el Conjunto B-Ap c-c incluye la U. de Conglomerados Rojos y verdes y la Fm. Zapotitlán; la cartografía por unidades formacionales puede verse en M. Arredondo et al., 1984.
Figura 2. Sección I - Arroyo del Burro entre Los Reyes Metzontla y San Francisco Xochiltepec.
Figura 3. Sección 8 - Arroyo Caltepec.
Figura 4. Sección 3. Los Reyes Metzontla-Caltepec
Figura 5. Sección 7. Noroeste de San Luis Atolotitlán.
Figura 6. columnas estratigráficas que ilustran los conjuntos tectónicos de los Terrenos Tectonoestratigráficos Mixteco y Oaxaca. La descripción de los conjuntos tectónicos se puede consultar en : M. Arredondo et al., 1984, Informe del Proyecto de Investigación"Formación de Montañas y su relación con las áreas Tolimán, Qro. y tehuacán, pue." Ciencias de la Tierra, ESIA-IPN. Los límites entre terrenos que aparecen en el mapa de localización de columnas son tomados de la Carta de Conjuntos Tectónicos de la República mexicana (en prensa).
Estudio microestructural del límite del Terreno Mixteco entre Huajuapan de León y Teposcolula, Oaxaca
http://dx.doi.org/10.18268/BSGM1984v45n1a5
Germán Torres Torres, José Vicente Ortega González, Lourdes Gutiérrez Galicia, Víctor Hugo Garduño Monroy
Resumen
Nuestro avance de estudio del límite entre los terrenos Mixteco y Oaxaca, nos ayuda a considerar que este límite es tectónico, tratándose de un accidente lateral derecho. Este accidente parece rejugar en el Post-Mioceno, produciendo un fallamlento muy intenso en las rocas volcánicas del Mioceno. Esta reactivación corresponde a una fase compresiva que genera pliegues NO y vergancia al E, dentro de los piroclastos. Esta fase de deformación es acompañada por un magmatismo de la misma edad.
Introducción
Con este trabajo nosotros queremos dar un aporte más a la geología del Terreno Mixteco. Trabajo que nace de inquietudes de geólogos de PEMEX y del IMP. Mediante este trabajo queremos rendir un homenaje al compañero Germán Torres, siempre nos ayudó y nos alentó en la investigación de la Geología de Oaxaca y Guerrero. Descansa en paz compañero, la lucha continúa.
Desarrollo del trabajo
En el área de estudio se han distinguido dos fases compresivas posteriores al Cretácico Superior: Una del límite Cretácico Terciario (Fase Laramide), la otra del post-Mioceno con una componente transpresiva.
La primera fase (Laramide) pliega a las rocas y fallándolas inversamente, con una dirección general NO, y con vergencia de ambos al E. Estas estructuras son el resultado de un esfuerzo máximo de compresión orientado casi N90°.
La segunda fase (post-miocénica) afecta a los derrames andesíticos de la Formación Chilapa (del Mioceno), generando un fallamiento lateral, acompañado por fallas inversas que hacen cabalgar a rocas del Cretácico sobre rocas volcánicas del Terciario.
Características del límite oriental del Terreno Mixteco
Este límite sobresale en cualquier plano geológico del sector de estudio, configurando bien la disposición del Terreno Mixteco. Este en forma de cuña, que en su parte norte configura la Sierra del Tentzo.
En nuestro sector de estudio se conoce, por PEMEX, como Falla de Tamazulapan, con una dirección general de NO a N 170°. Anteriormente se consideró como una falla lateral derecha. Este gran accidente está en relación con la acreción del Terreno Mixteco, durante el Cretácico Superior-Terciario. La Falla de Tamazulapan rejuega en tiempos post-miocénicos, afectando a los derrames andesíticos del Mioceno ?.
Sobre la carretera 190 que va de Huajuapan de León a Tamazulapan y sobre los derrames andes!ticos; se midieron diversos tipos de fallas laterales a veces espectaculares, que tienen una dirección general de N 160 a NO (y un pitch casi de 0°) generadas por la gran falla lateral derecha del límite del Terreno Mixteco. Este límite divide dos terrenos; en el oriente de él se encontró un basamento granodiorítico (Pozo Yucudá No. 1) (Terreno Oaxaca). Al poniente y dentro del terreno Mixteco afloran como basamento los Esquistos Acatlán. Es decir, que tenemos dos basamentos diferentes separados por un gran accidente.
Un detalle de los Conjuntos Petrtectónicos del límite oriental del Terreno Mixteco nos hace ver dos fases de deformación compresivas: Una del límite Cretácico-Terciario· (fase Laramide), la otra post-miocénica que hace rejugar los accidentes del basamento, que genera un fallamiento lateral con una componente transpresiva de orientación que varía de N 150° a NO y que afecta a los derrames andesíticos del Mioceno.
Figura 1. Río Salado, Chilapa de Díaz.
Interpretación tectónica continental de la Región Mixteca
http://dx.doi.org/10.18268/BSGM1984v45n1a1
María Fernanda Campa Uranga
PEMEX
Introducción
La Región Mixteca, localizada en la Sierra Madre del sur, es una de las regiones mejor conocidas por sus afloramientos dimensionados y aislados de rocas sedimentarias con una magnífica diversidad de fauna y flora, rocas metamórficas bastante estudiadas en algunas áreas, así como depósitos volcánicos poco estudiados. Sin embargo, una integración coherente de la diversidad estratigráfica, litológica y estructural y su interpretación geológica regional, ha comenzado a realizarse apenas en los últimos años (Ortega, 1981; Ramírez, 1982, Carfantán, 1983; Campa y Coney, 1983). Permanecen además áreas sin exploración ni investigaciones necesarias para comprender en su totalidad el significado histórico de esta vasta región.
A pesar de ello, los conocimientos acumulados hasta la fecha, nos permiten reconocer claramente 2 bloques de basamento de diferente naturaleza, tanto por su petrología corno por su edad, así como para su emplazamiento y la de sus diversas cubiertas sedimentarias, conjuntos que hemos llamado terrenos tectonoestratigráficos. De la misma manera los estudios de geología estructural que recientemente se han comenzado a realizar (De Cserna et al., 1980; Salinas, 1982; Torres et al., 1984), denotan límites tectónicos entre ellos mismos y entre los otros terrenos circunvecinos de naturaleza estratigráfica-estructural disímbola.
La descripción de los terrenos Mixteco y Oaxaca (Campa y Coney, 1983, así como de los terrenos circundantes Xolapa, Teloloapan, (Campa et al., 1974), Chontal y Mazateco o Juárez (Campa y Coney, 1983), nos lleva a la conclusión de su especificidad en el sur de México. Por otro lado, el hecho mismo de que hayan sido cubiertas por los sedimentos del Jurásico Tardío- Cretácico, originados en margen pasiva del tipo del Golfo de México-Atlántico medio y los depósitos volcánicos cenozoicos continentales que cubren una gran parte de nuestro territorio (Terrenos téctonoestratigráficos superpuestos jóvenes), nos dificulta el reconocimiento actual de dos interpretaciones planteadas: su continuación directa en el subsuelo o su caracter desagregado en bloques aislados.
Emplazamiento regional
Los terrenos tectonoestratigráficos de la Región Mixteca: Mixteco, Oaxaca, Chontal y Xolapa, no tienen correlación entre sí, ni con los otros terrenos límites de Teleolapan y Juárez. Sin embargo en el territorio nacional los terrenos Mixteco y Oaxaca pueden correlacionarse en parte con los bloques alóctonos que afloran en la franja de pliegues y cabalgaduras de los anticlinorios de Huizachal y Peregrina, en la Sierra Madre Oriental, Sierra de Juárez, y en el occidente del Estado de Durango y al norte del Eje Volcánico Transversal (Ver mapa).
El Terreno Chontal sólo puede correlacionarse con el Terreno Zihuatanejo (Vidal et al., 1980), las costas del Pacifico del norooccidente de Guerrero, Michoacán y Jalisco (los separa tectónicamente el Terreno Xolapa), así como los terrenos similares de Sinaloa, SW de Sonora y NW de Baja California. El terreno Xolapa no se correlaciona con ningún otro afloramiento conocido hasta hoy en el Territorio Nacional, excepto con cierta afinidad con el terreno de La Paz.
Este emplazamiento discontinuo guarda sin embargo, una disposición exclusiva al occidente del frente de la franja de pliegues y cabalgaduras (Campa, 1983). Fuera del Territorio Nacional, que representa justamente la terminación austral del Continente Norteamericano y la transición a Centro América y el Caribe, se muestra correlación directa con bloques que afloran en los territorios de Norteamérica, Centroamérica, el Caribe y Sudamérica.
El mapa tectónico regional adjunto muestra las franjas longitudinales de terrenos de origen común en una disposición geométrica compleja pero clara y comprensible dentro de la visión de la tectónica de placas, franjas que se emplazan las tenemos correlacionables con las de la Región Mixteca (Campa, 1984, a, b). Así puede verse claramente que la franja de pliegues y cabalgaduras con sus bifurcaciones en torno al Colorado Plateau, a la Plataforma de Coahuila y a los terrenos Mixteco y Oaxaca, es un límite tectónico entre el Cratón de Norteamérica y la franja del sistema Apalaches-Ouachita-Marathon que bordea el Oceáno Pacífico. Drásticamente, esta franja de pliegues y cabalgaduras es rota en Chiapas y Guatemala por el sistema Polochic-Motagua de fallas sinistrales, límite neotectónico a partir del cual aparece el mosaico del Caribe y Centroamérica. Al sur del sistema de fallas sinistrales de Santa Martha-Boconó-Trinidad, en el territorio de Venezuela y Colombia, vuelve a aparecer la misma disposición geométrica de Norteamérica con su franja de pliegues y cabalgaduras que longitudinalmente hasta el Ecuador, separa el Cratón de Guyana del sistema cordillero occidental (Campa et al., en preparación)
Centroamérica, inmediatamente al sur del sistema Polochic-Motagua, se divide en dos regiones: la llamada porción nuclear (Honduras, el Bloque Chortis y la Cordillera Central y parte del llamado Macizo de Santa Martha en Territorio Colombiano).
El terreno Oaxaca es sin lugar a dudas afín a la franja oriental grenvilliana del Cratón de Norteamérica, a porciones del Bloque Chortis en Centroamérica y a una porción del macizo de Santa Marthay fragmentos de la margen oriental de la Cordillera Central de Colombia.
El terreno Xolapa guarda cierta afinidad con porciones de la Sierra Nevada y la Cordillera Central y parte del macizo de Santa Martha en Colombia.
En cambio, los terrenos Chontal y Juárez son parte del mosaico de terrenos de áreas volcanicas insulares originadas en márgenes activas que bordean el Pacífico y que continúan hacia el Caribe en Cuba, Puerto Rico, Dominicana, Haití y Venezuela, hasta la Cordillera Occidental y la Cordillera del Baudo en Colombia con su continuación directa en territorio de Panamá y Costa Rica.
Una tectónica activa rompe esas franjas más antiguas y aísla en bloques exóticos algunas-de sus partes, cuyo camino de traslaciones y rotaciones ha podido reconstruirse con ayuda del paleomagnetismo.
Interpretación
La disposición geométrica actual descrita sintéticamente puede ser comparada con dos modelos de reconstrucción de la Pangea: 1) donde Sudamérica se traslapa en el actual territorio del sur de México, Centroamérica y el Caribe y 2) donde Sudamérica se localiza frente a la franja Apalacheana. (Irving, 1980).
El proceso de reconstrucción de la dispersión de ambas porciones originales cerrando el Atlántico, define momentos fundamentales de la evolución tectónica de la región: Mióceno, Laramíde, Cretácico Temprano, Jurásico Tardío y Triásico.
Durante este proceso histórico, los mecanismos geodinámicos son argumentos a favor de una interpretación que tiene como pensamiento esencial, la discontinuidad por rompimientos y deformaciones aleatorias en el tiempo, de aquellas franjas de continentes que se habían formado de acreciones previas con un proceso de estabilidad global, en la formación de nueva corteza y destrucción de corteza antigua.
Finalmente, la región Mixteca parece haberse conformado de un bloque desprendido de la porción sur-occidental del Cratón de Norteamérica y los Apalaches, en el rompimiento del Cratón de la Guyana, posteriormente, mediante una traslación y rotación, se colocó conjuntamente con el Bloque Chortis, en la región actual durante el Cretácico Temprano. Después de la deformación compresional laramídica, la envolvió y deformó tardíamente en el Mioceno, el Bloque Chortis comenzó su desprendimiento hacia su posición actual.
La Región Mixteca está activa rompiéndose mediante fallas laterales activas con dirección N-S y NW-SE, la más conspicua de las cuales es la continuación sur de la Falla de Tehuacán que llega a las inmediaciones de Puerto Ángel, donde se aloja la actividad sísmica registrada en nuestros tiempos (L. Ponce, comunicación oral). Este sistema de fallas activas, conjuntamente con los sistemas de San Andrés y Polochic-Motagua, parecen estar desgregando el occidente del actual territorio nacional, proceso que dará paso a una nueva disposición geométrica de fragmentos de terrenos futuros, similares a los terrenos en bloques complejos del tipo de la Región Mixteca, el Bloque Chortis y el Macizo de Santa Martha.
Figura 1.